Francisco en el ángelus: «El frío y la guerra son trágicos»
En el primer domingo de Adviento, ha invitado a «levantar la cabeza y mantener el corazón ligero y despierto» para que nuestros corazones no se vean «aplastados por la tristeza»
Durante el rezo del Ángelus en el primer domingo de Adviento, el Pontífice ha recordado de forma especial a las poblaciones que siguen asoladas por los conflictos armados. Una vez más, Francisco ha pedido seguir rezando por el fin de la guerra en Siria, la llegada de ayuda humanitaria en Palestina o la martirizada Ucrania. Ha asegurado que se siente muy cerca de ellos y ha clamado que «la guerra es un horror que ofende a Dios y es siempre una derrota para la humanidad entera».
En el primer día de diciembre, el Santo Padre ha recalcado que «la llegada del invierno será difícil para millones de personas. La guerra y el frío son trágicos». De esta manera, ha vuelto a hacer un llamamiento, tanto a la comunidad internacional como a cada hombre y mujer de buena voluntad, «para que se trabaje en detener las guerras y hacer prevalecer el diálogo, la fraternidad y la reconciliación. Para que se multiplique el trabajo verdadero y el compromiso de la paz».
Francisco ha pedido que, «mientras nos preparamos para la Navidad y esperamos el nacimiento del rey de la paz, se de a estas poblaciones que sufren una esperanza concreta en la búsqueda de la paz, que es una responsabilidad de todos, no solo de unos pocos». Y ha exhortado a los fieles: «No seamos indiferentes a los horrores de la guerra».
El Santo Padre también ha saludado a diferentes grupos españoles presentes en la Plaza de San Pedro de ciudades como Barcelona, Murcia o Valencia, y ha recordado cómo ha sufrido -y lo sigue haciendo- especialmente esta comunidad por la reciente riada que ha dejado consecuencias catastróficas.
«Levantad la cabeza y mantened el corazón despierto»
En su alocución sobre el Evangelio del primer domingo de Adviento, el Papa ha recordado las palabras que Jesús le dirigió a los discípulos en los momentos de angustia y miedo: «Tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación». En este sentido, Francisco ha invitado a «levantar la cabeza y mantener el corazón ligero y despierto», de forma que, ante todas las catástrofes, persecuciones y calamidades, no tengamos «el corazón pesado por el temor». Para ello, «Jesús quiere liberarnos de las angustias presentes y de las falsas convicciones», ha asegurado el Pontífice, y recalcando la idea de «mantener siempre la mirada hacia el cielo para entender las cosas de la tierra».
Sin embargo, ¿cómo hacer para que nuestros corazones no se dejen aplastar por la tristeza? «Puede pasar que las ansias, los miedos y los afanes por nuestra vida personal o por todo lo que hoy acontece en el mundo, pesen como rocas sobre nosotros y nos empujen al desánimo», ha señalado. «Si las preocupaciones cargan al corazón y nos inducen a encerrarnos en nosotros mismos, Jesús nos invita a confiar en su amor que nos quiere salvar y que se hace cercano en cada situación de nuestra existencia, a hacerle espacio para volver a encontrar la esperanza».