Francisco, aún en estado crítico, no ha sufrido más crisis respiratorias y sus análisis son mejores
Los médicos revelan que «su leve insuficiencia renal no es preocupante». Ha vuelto a trabajar, comulgar y llamar a la parroquia de Gaza
«Las condiciones clínicas del Santo Padre, en su criticidad, muestran una leve mejoría». Es el comunicado que la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha hecho público este lunes poco antes de las 19 horas. El boletín agrega que «en la jornada de hoy no se han registrado episodios de crisis respiratorias asmatiformes». El pasado sábado, Francisco experimentó graves dificultades para respirar y requirió «la aplicación de oxígeno a alto flujo». Además, tras un análisis en profundidad, «algunas pruebas de laboratorio han mejorado».
Los médicos han revelado también que «su leve insuficiencia renal no es preocupante». No obstante, el Papa sigue necesitando cuidados y «su oxigenoterapia continúa, aunque con flujos y porcentajes de oxígeno ligeramente reducidos» en comparación con la crisis del pasado sábado. Según la Sala Stampa, «los médicos, en vista de la complejidad del cuadro clínico, no dan a conocer aún su pronóstico».
Con todo, Francisco se mantiene despierto, lúcido y ocupado. «Esta mañana ha recibido la Eucaristía y por la tarde ha retomado su actividad laboral». Que implica, aparte de la lectura y estudio de documentos, llamar por teléfono «a la parroquia de Gaza para expresar su cercanía paternal». Y de nuevo, «da las gracias a todo el Pueblo de Dios que en estos días se ha reunido para rezar por su salud».
«No hay dolor»
Este parte médico complementa la breve información que ha compartido durante esta mañana la Oficina de Prensa de la Santa Sede. En un comunicado cercano al mediodía, ha revelado que «no hay dolor y se alimenta correctamente». También que se mantiene de buen humor. Es un mensaje que se ha reiterado durante todos los diez días que Francisco lleva hospitalizado en el Policínico Agostino Gemelli de Roma. El Papa Francisco tiene 88 años y sufre una neumonía bilateral polimicrobiana que, aunque está «bajo control», de complicarse podría derivar en una sepsis.