Europa y la cruz - Alfa y Omega

Europa y la cruz

Redacción
Naida Eweida, con el obispo ortodoxo Athanasios Canepa, que la acompañó durante el juicio.

El Tribunal Europeo de Justicia, el máximo órgano de derecho comunitario, con sede en Luxemburgo, obligó, la pasada semana, a Alemania a otorgar asilo a dos ciudadanos de Pakistán perseguidos por motivos religiosos. La sentencia afirma que, para que haya una violación grave del derecho a la libertad religiosa, no se requiere que se prohíba la práctica de una religión en privado, sino que basta con que la limitación afecte al espacio público. Al mismo tiempo, comenzaba a celebrarse un juicio en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo, de gran importancia para el reconocimiento de la dimensión pública de la fe en la propia Europa. La Corte ha decidido unir las cuatro denuncias contra el Reino Unido, todas ellas por discriminación laboral por motivos religiosos y de conciencia. Se trata de la azafata de British Arways Nadia Eweida, despedida por negarse a ocultar su crucifijo al cuello, pese a que, a personas de otras religiones, la compañía sí les permite llevar símbolos; de la enfermera Shirley Chaplin, apartada de la atención a los pacientes por motivo similar; del consejero de pareja Gary McFarlane, que se negó a atender a parejas del mismo sexo; y de la funcionaria del registro Lilian Ladele, sancionada por negarse a celebrar uniones homosexuales. No se espera el fallo hasta dentro de unos meses. El caso deja en una posición delicada al Primer Ministro conservador, David Cameron. Su representante legal en Estrasburgo defiende la legalidad de los hechos denunciados, mientras Cameron promete que cambiará la ley para que llevar una cruz no pueda prohibirse en el trabajo. Los conservadores, tras varios giros para captar a nuevos votantes, como con el sorprendente anuncio de la equiparación al matrimonio de las uniones homosexuales, hacen frente a la desafección de sus bases. La pasada semana, Cameron acometió una remodelación del Gobierno, y nombró a una ministra para la Fe y las Comunidades, dentro de un Ejecutivo más marcadamente conservador. La nueva ministra es la baronesa Sayeeda Warsi, que, pese a su condición de musulmana, es muy valorada por los cristianos. En su visita al Vaticano, en febrero, Warsi hizo una viva reivindicación de las raíces cristianas de Europa, también como garantía de los derechos de personas de credos minoritarios, como el suyo.