Etiopía roza la paz - Alfa y Omega

Etiopía roza la paz

Este domingo concluye en Pretoria la primera ronda de conversaciones para poner fin al conflicto

Ángeles Conde Mir
Mujeres desplazadas internas en el Tigré. Foto: Reuters.

La mediación de la Unión Africana hizo posible que el Frente Popular de Liberación de Tigray y el gobierno de Adís Abeba se hayan sentado a negociar para poner fin a la guerra civil que estalló hace prácticamente dos años. El conflicto se había recrudecido después del verano cuando, a finales de agosto, se rompió una tregua de 5 meses que había dado algo de respiro a la castigada población civil a la que llegó el tan necesario material humanitario. Sin embargo, como sucede en tantas ocasiones, esos meses también sirvieron para el rearme de las partes. Los combates se reanudaron hasta el punto de que hace unos días la ONU calificó de «incontrolable» la situación. En palabras de Antònio Guterres, «la violencia y la destrucción han alcanzado niveles alarmantes».

Los datos también son inciertos puesto que durante muchos meses el gobierno central bloqueó la llegada de ayuda internacional a la región del Tigray. De acuerdo con las cifras que maneja la ONU, casi cinco de los seis millones de habitantes del Tigray padecen hambre, además de que hay una grave escasez de medicamentos, combustible y circulante. Se estima que han podido perecer por inanición o sed entre 100.000 y 150.000 mujeres, hombres y niños por el efecto del desabastecimiento y por la sequía que tampoco ha perdonado. Además, según el Departamento de Estado de EE. UU., las víctimas totales del conflicto podrían ascender al medio millón mientras que los desplazados internos y refugiados podrían ser más de dos millones y medio.

Los más afortunados que siguen resistiendo sin marcharse del Tigray pueden hacer una comida al día o contar con un burro o un caballo para trabajar la tierra o moverse, dada la escasez de carburante para usar los vehículos. La región está aislada sin telefonía ni Internet.

A principios de octubre la Unión Africana propuso Pretoria como sede para celebrar estas primeras conversaciones de paz que estaban previstas para el 8 de octubre, pero que, finalmente, se han celebrado en la ciudad sudafricana a partir del día 25. Las encabezan el expresidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, el expresidente de Kenia, Kenya Uhuru Kenyatta, y el expresidente sudafricano, Phumzile Mlambo-Ngcuka.

La Iglesia local ha acompañado con la oración y con interés estas conversaciones que, hasta ahora, se han mantenido en secreto y cuyo resultado todavía se desconoce a falta de esta última jornada de trabajos. La Agencia Fides ha pulsado estos días el sentir de los pastores etíopes. El vicario apostólico de Jima Bonga, Markos Ghebremedhin, en declaraciones a este medio recuerda que «los últimos dos años se han dado situaciones escalofriantes». y que, por ello, se espera «un respiro de paz». Por su parte, también en declaraciones a la Agencia Fides, el obispo de la eparquía católica de Adigrat, Tesfaselassie Medhin, pide a la comunidad internacional que se dé cuenta de que la del Tigray es «la guerra más grande que ahora mismo hay en el planeta» por el número de vidas que se ha cobrado. El cardenal Berhaneyesus Souraphiel, arzobispo de Adís Abeba y presidente de la Conferencia Episcopal Etíope, había pedido hace pocos días la paz y la reconciliación y que las partes se sentaran a hablar para «salvar a nuestro país y nuestro pueblo de la destrucción».

El Papa Francisco recordó el conflicto el domingo pasado tras el rezo del ángelus. Imploró paz: «Que se ponga fin al sufrimiento de la población inerme y se encuentren soluciones justas para una paz duradera en todo el país. Que los esfuerzos de las partes por el diálogo y la búsqueda del bien común conduzcan a un camino concreto de reconciliación. Que no falte nuestra oración, nuestra solidaridad y la necesaria ayuda humanitaria para nuestros hermanos etíopes».