Un ataque con drones reaviva el conflicto en Tigray (Etiopía)

Un ataque con drones reaviva el conflicto en Tigray (Etiopía)

Después de un nuevo llamamiento de la Iglesia a favor de la paz, los rebeldes tigrinos se habían mostrado abiertos a negociaciones de paz. Etiopía respondió atacando Mekele

Redacción
Etiopía
Una de las víctimas del ataque en el Hospital de Referencia de Ayder, en Mekele, el 14 de septiembre. Foto: Reuters / Stringer.

A pesar de los esfuerzos de la Iglesia en Etiopía, esta semana se ha vuelto a encender el conflicto en la región de Tigray, al norte del país. Al menos diez civiles murieron el miércoles en un nuevo ataque aéreo atribuido al Ejército federal de Etiopía contra una zona residencial de Mekele, capital tigrina, informó el director del principal hospital de la ciudad.

«El ataque tenía como objetivo los civiles. Dejó varios heridos y al menos cinco personas murieron en el momento. Otros cinco heridos fallecieron mientras eran trasladados al hospital», indicó el director del Hospital de Referencia de Ayder, Kibrom Gebreselassie, en la televisión pública de Tigray (Tigrai TV). Este es supuestamente el segundo ataque con drones en Mekele en lo que va de semana, según señaló Tigrai TV, controlada por los rebeldes de la región.

«Los drones de (el primer ministro etíope) Abiy Ahmed atacaron hace unos minutos una zona residencial en Mekelle, matando e hiriendo a civiles inocentes», lamentó esta mañana el portavoz de los rebeldes tigrinos, Getachew Reda, en su cuenta de la red social de Twitter. «Ningún acto desesperado y cobarde podrá revertir las derrotas del régimen en el campo de batalla», añadió.

La agencia EFE no ha podido comprobar la veracidad de los ataques aéreos contra Mekele debido a la restricción del acceso a Tigray. El Gobierno etíope tampoco se ha pronunciado, de momento, sobre el incidente.

Cinco meses de tregua

La guerra empezó el 4 de noviembre de 2020, cuando Abiy Ahmed ordenó una ofensiva contra el Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT) en respuesta a un ataque a una base militar federal y tras una escalada de tensiones políticas. Miles de personas han muerto y unos dos millones han tenido que abandonar sus hogares debido a la violencia. Según datos de la ONU, 4,5 millones de personas que necesitan ayuda y asistencia urgente.

En marzo, el Gobierno de Adís Abeba había declarado una «tregua humanitaria indefinida», mientras que los rebeldes se comprometieron a un «cese de las hostilidades». Sin embargo, el 24 de agosto ambas partes anunciaron la ruptura de la tregua, acusándose mutuamente de ello.

Liderazgo de la Unión Africana

Los supuestos ataques contra Mekele se producen después de que el domingo el FPLT se mostrara dispuesto a participar en conversaciones de paz bajo el auspicio de la Unión Africana. Asimismo, dijeron estar «listos para cumplir un cese de las hostilidades mutuamente acordado». Hasta ahora, los rebeldes eran reacios a involucrarse en un proceso así. Desconfiaban del alto representante de la organización para el Cuerno de África, el expresidente nigeriano Olusegun Obasanjo, a quien consideran próximo a Abiy Ahmed.

El grupo rebelde, presentándose como Gobierno de Tigray, anunció su cambio de postura con motivo del nuevo año etíope, que se celebra el 11 de septiembre. Con motivo de esta celebración, diversas voces de la Iglesia habían pedido gestos dirigidos a la construcción de la paz. El cardenal Berhaneyesus Souraphiel, arzobispo de Adís Abeba y presidente de la Conferencia Episcopal Etíope, había afirmado en su mensaje del que se hacía eco ACI Africa que «nuestra Iglesia implora a todas las partes que den espacio a la paz y la reconciliación, que se sienten para dialogar y salvar a nuestro país y nuestro pueblo de la destrucción».

El mandamiento de «no matarás», subrayaba, «es para todos». En un sentido más general, pedía evitar las «conversaciones que llevan al odio y a la competencia innecesaria». En su lugar, «el diálogo pacífico que prioriza el bien común nos beneficia a todos».

«Inaceptable» volver a la guerra

También la conferencia episcopal del país en su conjunto había lanzado un llamamiento similar unos días antes. El 2 de septiembre, en un mensaje enviado a la Asociación de Conferencias Episcopales Miembros en África Oriental (AMECEA), pedían «a todas las partes a que depongan las armas y apuesten por las opciones de paz, prioricen el diálogo y opten por acabar con el sufrimiento de nuestros ciudadanos», especialmente niños, mujeres y ancianos.

Unos días después de la ruptura de la tregua, afirmaba que «es absolutamente inaceptable para cualquiera de las partes volver a entrar en guerra». Especialmente «cuando todos estábamos esperando conversaciones de paz y hacer nuestras respectivas contribuciones, cuando nuestra gente inocente está sufriendo hambre, enfermedades y daño psicológico, está desplazada de sus hogares, y nuestra nación entera sufre bajo la presión del coste de la vida».

Por eso, siguiendo una propuesta de Consejo Interreligioso de Etiopía, pedían a todo el pueblo que se uniera en oración durante el mes de pagumen. Según el calendario etíope, el año se divide en doce meses de 30 días, más un mes, pagumen, de cinco o seis días justo antes del año nuevo.