«Es triste ver a las familias sin hablarse en la mesa, cada uno con su teléfono» - Alfa y Omega

«Es triste ver a las familias sin hablarse en la mesa, cada uno con su teléfono»

En el Día de la Sagrada Familia, el Papa ha animado al «diálogo entre padres e hijos y entre hermanos», así como «hacer las paces antes de ir a dormir» y «rezar juntos»

Yago González
El Papa en el rezo del ángelus, en una imagen de archivo. Foto: AFP / Filippo Monteforte.

El Papa Francisco ha recordado este domingo, Día de la Sagrada Familia, que «para preservar la armonía familiar hay que luchar contra la dictadura del yo», y ha puesto este ejemplo: «Cuando, en lugar de preocuparnos por los demás, nos centramos en nuestras necesidades. Cuando, en lugar de hablar, nos aislamos con nuestros teléfonos móviles. Es triste ver a las familias sentadas a la mesa sin hablarse, cada uno hablando con su teléfono».

En el comentario al Evangelio del día, antes del rezo del ángelus, Francisco ha señalado que «cada día en familia hay que aprender a escucharnos y conocernos», algo que «se hace con las pequeñas atenciones, con los gestos sencillos, con los detalles. Y en esto nos ayuda mucho hablar en familia, hablar en la mesa. El diálogo entre padres e hijos, el diálogo entre hermanos, nos ayuda a vivir estas raíces familiares que vienen de los abuelos».

El Papa ha advertido de los momentos en que «en lugar de escucharnos, nos culpamos unos a otros de nuestros errores, usando siempre las mismas frases, como en una obra de teatro». Como remedio, ha insistido en un consejo que ha repetido varias veces durante su papado: «Cada noche, antes de ir a dormir, hay que hacer las paces. Porque si no, al día siguiente habrá una guerra fría, y eso es peligroso, porque habrá una guerra de reproches, de resentimientos».

«Cuántas veces, por egoísmos no sanados, nacen conflictos dentro de los muros de la casa. A veces incluso se llega a la violencia física y moral», ha lamentado el Pontífice, que también ha propuesto a los familiares «rezar un poco juntos, pidiendo a Dios el don de la paz en la familia».

Una red de afectos

«La familia es la historia de la que procedemos, cada uno es la historia de su familia», ha apuntado el Papa, que ha recordado que, como narra el Evangelio, «Jesús es también hijo de una historia familiar; es hermoso verle injertado en la red de afectos familiares». «Venimos entretejidos en una historia de lazos de amor, de ese amor surgido en el seno de la familia. Tal vez no hemos nacido en una familia excepcional y sin problemas, pero es nuestra historia. Son nuestras raíces. Si las cortamos, la vida se seca», ha afirmado.

Francisco ha indicado que «a hacer familia se aprende cada día», ya que «incluso en la Sagrada Familia no todo va bien, surgen problemas. María y José, desesperados, buscan a Jesús durante tres días, y Él les responde con algo que ellos aún no entienden. Necesitan tiempo para conocer a su hijo».

El Papa también ha remarcado una «gran preocupación» a nivel internacional: el invierno demográfico. «Parece que muchos han perdido la ilusión de seguir adelante con hijos. Muchas parejas no quieren tener hijos o tener solo uno. Es una tragedia. Hagamos todo lo posible para retomar la conciencia de vencer este invierno, que va contra las familias, contra la patria y contra nuestro futuro», ha exhortado.