Es la excusa política - Alfa y Omega

Desafortunadamente, el aborto se ha convertido, y no solo en España, en una cuestión de exclusiva táctica electoral. El tema ha irrumpido nuevamente en la batalla política a raíz de la rueda de prensa del vicepresidente del Gobierno de Castilla y León, de Vox, en la que expuso un plan de medidas a favor de la vida. Cada partido ha desplegado su particular escenografía política con el único fin de diferenciarse de su rival y pensando únicamente en el impacto electoral. Se ha contagiado, incluso, el flamante presidente del Tribunal Constitucional; después de 13 años esperando sentencia, declaró que en el primer pleno, a principios de febrero, se debatirá la ponencia relativa al recurso de inconstitucionalidad presentado contra la ley del aborto del Gobierno de Zapatero.

Lamentablemente una vez más se ha trivializado con un tema serio que requiere una profunda reflexión y que tiene diversas aristas, partiendo siempre de la premisa de que el aborto no es un medio anticonceptivo más pues la vida del concebido, como ya sentenció el Tribunal Constitucional, «es un bien jurídico constitucionalmente protegido» por el artículo 15 de nuestra Carta Magna.

El problema es que este tema, como otros vinculados con los denominados derechos de la mujer o la identidad de sexo, están imponiéndose en las agendas políticas y sociales de manera frívola e interesada. Politizamos todo: la justicia, la sanidad, la universidad… y también ahora la biología, alimentando una guerra cultural que nos enfrenta a unos y otros con armas tuiteras. En lugar de buscar la solución, parece que nuestro propósito sea la generación del conflicto. De nada sirven las soflamas políticas, sino un debate profundo e interdisciplinar en el que se den las circunstancias y condiciones que permitan un diálogo verdadero. Siendo realistas, ello no va a garantizar, idealmente, una solución pacífica, pero sí debería alcanzarse un consenso de tal envergadura que no se tuviera la sensación de que una mitad ha impuesto su criterio a la otra, ganando la batalla. Esperemos que esta idea sea la dominante en la, parece que inmediata, sentencia del Tribunal Constitucional.