Encuentros internacionales por la paz: una peregrinación en el espíritu de Asís
«¡Sigamos difundiendo el espíritu de Asís, sigamos viviendo el mensaje de la paz!», dijo Juan Pablo II en la ciudad de san Francisco la noche del 27 de octubre de 1986, al concluir esa primera jornada histórica de oración. Representantes de las Iglesias cristianas y de las grandes religiones habían sido invitados por él a Asís desde enero de 1986, declarado Año Mundial de la Paz por las Naciones Unidas. Después de una asamblea, que tuvo lugar por la mañana en Santa María de los Ángeles, los líderes religiosos se reunieron en oración en diferentes lugares, respetando las diferencias entre sus tradiciones religiosas, para invocar el don de la paz. A continuación, en una procesión común, cristianos, judíos, musulmanes, budistas, hindúes, sijs, sintoístas y zoroastrianos se dirigieron a la plaza de la basílica de San Francisco para la ceremonia final.
En aquella ocasión, Juan Pablo II dijo que la paz era «una obra abierta a todos y no solamente a los especialistas, sabios y estrategas».
La Comunidad de Sant’Egidio, que había ayudado a preparar el acontecimiento, se dio cuenta de que trabajar por la paz entre los creyentes de diferentes religiones era como una nueva vocación. Ciertamente, después de la oración de Asís de 1986, muchos consideraban que la oración por la paz y el encuentro entre las grandes religiones del mundo debía permanecer como único, como si hubiera sido un acontecimiento irrepetible. Esta no era la idea de Juan Pablo II, que enseguida animó a Sant’Egidio a continuar el «espíritu de Asís» y, año tras año, enviaba su mensaje personal de apoyo a los encuentros Hombres y Religiones.
El 1 de septiembre de 1989, 50 años después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, Juan Pablo II envió un mensaje en vídeo a los representantes de las Iglesias y las religiones reunidos en Varsovia, que fue transmitido en la plaza del Castillo, ante miles de personas, en un momento de cambio trascendental para toda la Europa del Este. Tras la caída del Muro de Berlín, Juan Pablo II dijo: «En Asís no hemos rezado en vano».
Desde 1986, la peregrinación de los líderes religiosos se ha desarrollado por las plazas del mundo, deteniéndose en diferentes ciudades y multiplicando las oportunidades de diálogo y oración por la paz. Especialmente significativo fue el encuentro Vivir juntos es el futuro, celebrado en 2012 en Sarajevo. En la capital de Bosnia, todavía herida por la guerra en la antigua Yugoslavia, se reunieron los representantes de las Iglesias y de las comunidades religiosas para rezar por la paz y reconstruir los lazos de fraternidad y convivencia, desgarrados por el conflicto.
En 2016, con motivo del trigésimo aniversario del «espíritu de Asís», la peregrinación de los creyentes en busca de la paz volvió a la ciudad de san Francisco y a ella se unieron el Papa Francisco y el patriarca de Constantinopla Bartolomé. Los más de 400 líderes religiosos reunidos en Asís afirmaron solemnemente que «la paz es el nombre de Dios», distanciándose de cualquier justificación religiosa para la guerra y reafirmando «con convicción firme» que «la violencia y el terrorismo se oponen al verdadero espíritu religioso».