En torno al 25 de marzo: todo un fin de semana para celebrar la vida. Iglesia y sociedad, unidas por los más débiles - Alfa y Omega

En torno al 25 de marzo: todo un fin de semana para celebrar la vida. Iglesia y sociedad, unidas por los más débiles

Gracias al esfuerzo, distinto pero complementario, de la Iglesia y de la sociedad civil, el Día de la Vida es una realidad cada vez más consolidada en todo el mundo. En España, durante todo el fin de semana, los templos y las calles se han llenado de voces pidiendo que se ponga fin a todos los atentados contra la vida de las personas más vulnerables

Redacción
Monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Valencia, bendice en la catedral metropolitana a madres embarazadas.

Miles de personas salieron a las calles de 34 ciudades y municipios españoles, el pasado fin de semana. Querían hacer un llamamiento a la sociedad «para que se actualice y expanda entre nosotros la conciencia del valor de toda vida humana, y se exija su respeto y protección legal, sin excepción alguna, desde la concepción hasta la muerte natural», como decía el manifiesto Sí a la vida, que se leyó en las convocatorias. «Una sociedad no es justa ni viable si no se protege a los más débiles», por lo que reivindicaron la derogación de toda ley que permita el aborto, las prácticas eutanásicas y la manipulación y destrucción de embriones; pidieron leyes y políticas públicas comprometidas con la vida; la exclusión del terrorismo; «una especial protección a los discapacitados, ancianos y enfermos terminales»; el respeto a la objeción de conciencia; y que en los medios se difunda «una imagen positiva de la vida, la maternidad y el embarazo». Todos los presentes —añadieron— se comprometen a «trabajar activamente por la defensa de la vida y de la familia en todas las esferas y ámbitos de la vida social».

Estas convocatorias de la sociedad civil se entrelazaron, en muchos lugares, con las celebraciones de la Jornada de la Vida convocada por la Conferencia Episcopal Española. Ejemplo claro fueron Valencia y Madrid. En esta última, después de la concentración en la Puerta del Sol, algunos manifestantes se dirigieron a la cercana catedral de la Almudena para sumarse a una vigilia de oración por la vida, en la que participaron entidades de ayuda a la mujer embarazada. En su homilía, monseñor César Franco, obispo auxiliar de Madrid, explicó que «la Iglesia no juzga a los pecadores, los ama con ternura y misericordia, los perdona. Pero la Iglesia defiende el derecho del hombre a nacer y a morir cuando llegue su hora».

El compromiso de la Iglesia con la vida no es cosa de un día, y en Asturias se puso de manifiesto con un gesto concreto: el arzobispo, monseñor Jesús Sanz inauguró, el día 25, en Gijón, la casa de acogida para madres gestantes Nuestra Señora de los Desamparados. En ella —afirmó—, «las madres y sus hijos que llaman a la puerta de nuestro mundo, tendrán ahí un lugar de acogida cuando las posadas de los egoísmos insolidarios y cínicos hayan cerrado sus puertas».

Estos actos en defensa de la vida no se circunscribieron a España, ya que el Día de la Vida se está consolidando cada vez en más países. Este año, ha destacado Estados Unidos, donde, el pasado viernes, se celebraron 146 manifestaciones en contra del mandato de que todos los seguros sanitarios —también los de las instituciones confesionales— incluyan contraceptivos, esterilizaciones y fármacos abortivos.

María Martínez López y Mª Pilar Blázquez

Defensa de la vida en el Parlamento europeo

El Parlamento Europeo acoge, estos días, la II Semana por la Vida, organizada por algunos de sus miembros, en colaboración con la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE). Dentro de este encuentro, el pasado martes se presentó un informe sobre Salud sexual y reproductiva y los derechos en los países en vías de desarrollo. Otros temas que se han tratado han sido los cuidados paliativos en los pacientes con cáncer, y la investigación con células madre. La semana concluirá mañana, jueves, con el Encuentro Europeo por la Vida ¡No vamos a rendirnos!, en el que intervendrá el eurodiputado del Partido Popular don Jaime Mayor Oreja.

Voces en Madrid

El acto más visible del Día Internacional de la Vida fue el celebrado en la Puerta del Sol de Madrid. En él, los testimonios se alternaron con actuaciones musicales, como la de Nena Daconte. Irene Villa, víctima del terrorismo, mostró orgullosa sus piernas nuevas y su tripa de cinco meses de embarazo. Narró que, tras el atentado que sufrió, su padre «quiso que estuviera en la paz eterna», pero los médicos no lo consintieron. En la actualidad, él está arrepentido, y repite: «Si por mí fuera, no estarías aquí». Por eso, concluyó: «Ni siquiera tu padre, ni siquiera tu madre te pueden quitar tu derecho a la vida. La vida es un regalo».

Don Antonio González Pacheco, profesor y enfermo de cáncer, ofreció un testimonio lleno de humor, en el que subrayó las ventajas de su enfermedad. Por ejemplo, el gran apoyo que recibe de su familia y alumnos. También «te hace ver las cosas de otra manera: el amanecer, lo buena que es la gente… Cuando hablas, te escuchan; ofreces cosas a Dios por la gente, y haces cosas para las que antes no tenías casi tiempo, como rezar».

Doña Pilar Tolosa, una mujer de 80 años, contó que, cuando iba a nacer, los médicos dijeron que había que elegir entre su vida y la de su madre. «Imagino la angustia de mi padre. Pero mi madre dijo Será lo que Dios disponga», y las dos se salvaron. Su vida, está convencida, tenía un propósito: cuando una hermana y su cuñado murieron en un accidente, ella estaba ahí para hacerse cargo de sus sobrinos.

Por una investigación ética

En el marco del Día internacional de la Vida, el pasado sábado, se presentó en Madrid el Manifiesto 25 de Marzo, promovido por la plataforma Profesionales por la Ética. El texto está firmado por unas 200 personas, entre ellas, nutridos grupos de científicos e investigadores —como don Nicolás Jouve, o don César Nombela—, profesionales de la salud y juristas. Se han adherido asimismo 21 entidades, entre las que destaca la Asociación de Investigadores y Profesionales por la Vida CiViCa. Todos ellos solicitan al Gobierno la revisión de las leyes de Reproducción Humana Asistida y de Investigación Biomédica, por tener elementos «opuestos al ordenamiento jurídico europeo» y «contradictorios con el espíritu de respeto a la dignidad humana que emana de dicho ordenamiento». Citan, en concreto, el Convenio Europeo sobre los Derechos Humanos y la Biomedicina, y la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de octubre de 2011, que condena que se patenten los posibles descubrimientos derivados de la investigación con embriones. El manifiesto pide también «que se dediquen los suficientes recursos económicos a proyectos que utilicen células troncales adultas y células pluripotentes inducidas, que están cosechando éxitos notables y numerosos», no como las embrionarias.