En la Iglesia del Dios encarnado hay que aterrizar las cosas - Alfa y Omega

En la Iglesia del Dios encarnado hay que aterrizar las cosas

Los encuentros, los diálogos, los procesos, los discursos; hasta los momentos más emocionantes, quedarán muertos si no dan fruto

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Las palabras del arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, al terminar el Jubileo de los Niños, las Familias y las Personas Mayores generaron no poco revuelo. Había pedido a los pequeños que se acercaran a dar un beso a los mayores de las primeras filas. Y los chiquillos, ni cortos ni perezosos, se aprestaron a ello con entusiasmo. El gesto no se ha quedado solo en un momento simpático impulsado por la emoción tras un día festivo. Alguna familia ya se ha sentido interpelada y, como comparten los padres en estas páginas, han decidido dedicar el próximo fin de semana a visitar a esos ancianos que sus hijos acaban de conocer. Apenas un día después, al celebrar el Jubileo de los Misioneros, el arzobispo volvió a apostar por que estas celebraciones del año santo tengan consecuencias concretas. Por ello, invitó a los participantes a preguntarse, ante el testimonio de quienes lo dejan todo para anunciar a Cristo, «¿y por qué mi vida tiene que ser siempre de turista?».

En la Iglesia del Dios encarnado la apuesta no puede ser otra que aterrizar las cosas. Los momentos de gracia que supone un jubileo. El gran regalo de la enseñanza sobre la familia. También la apuesta por una teología de las migraciones es, al mismo tiempo, una llamada a «empezar a desarrollarla desde donde estemos», dijo Cobo el pasado lunes. Los encuentros, los diálogos, los procesos, los grandes discursos y planes; hasta los momentos más emocionantes, quedarán muertos si no dan fruto.

También el Papa León XIV es consciente de ello. Por eso la semana pasada animó a los movimientos populares por la paz a seguir apostando por iniciativas que funcionen «de manera concreta y desde abajo». Si en un ámbito tan complejo como la geopolítica se constata que este tipo de apuestas van ganando peso y preparando un terreno fértil para los cambios más grandes, ¿por qué no va a funcionar también en todos los desafíos, grandes y pequeños, de la sociedad?

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