Embajadores, presos y refugiados corren juntos en el Vaticano - Alfa y Omega

Embajadores, presos y refugiados corren juntos en el Vaticano

Athletica Vaticana organiza en Roma el evento We run together, «una fiesta del deporte en la que no ha habido ni vencedores ni vencidos»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Un momento de la carrera de relevos organizada por Athletica Vaticana. Foto: Athletica Vaticana.

«Sobre todo hemos hecho relevos, muchos relevos», explica al otro lado del teléfono el español Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del Consejo Pontificio de la Cultura y uno de los impulsores de Athletica Vaticana, el equipo deportivo de la Santa Sede que organizó este martes el evento We run together.

En la que ha sido la segunda edición de esta prueba la participación ha sido muy diversa, pues han corrido presos de varios centros penitenciarios de la ciudad de Roma, migrantes y refugiados del Centro Astalli y de la cooperativa Auxilium, jóvenes con discapacidad intelectual, embajadores y personal diplomático de varias embajadas ante la Santa Sede, niños y niñas de varios clubes deportivos de Italia, deportistas olímpicos italianos y campeones paralímpicos, voluntarios de la Cruz Roja…

«Lo importante es que no ha sido una competición deportiva para repartir medallas, sino que ha sido una fiesta del deporte», cuenta Sánchez de Toca.

Concretamente, cita como una novedad la participación de varios miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede. Embajadores y diplomáticos de Estados Unidos, Turquía, Taiwán, Irak, Australia o el Reino Unido han corrido juntos por la pista pasándose un testigo, «lo cual es un gesto muy significativo en este tiempo político tan agitado en el mundo», asegura el subsecretario del Consejo Pontificio de la Cultura.

Los embajadores de Estados Unidos, Turquía, Australia, Bélgica y Taiwán en un momento de la jornada. Foto: Athletica Vaticana.

Para el español, «el gesto más importante que hemos vivido en este evento es el poder correr juntos pasándonos el relevo», en un espíritu que al final del día se plasmó en una Misa y una comida en común que reunió en una misma mesa a presos y a policías, a diplomáticos, niños y personas con discapacidad, «con lo que hemos querido subrayar que el deporte es un elemento especialmente idóneo para generar fraternidad».

Precisamente así lo destacó el mismo Papa Francisco en un mensaje dirigido a los participantes, al destacar que el deporte «ayuda a superar dificultades aparentemente insuperables» y favorece «la cooperación mutua entre diferentes personas y pueblos, promoviendo el valor de la hospitalidad que sobrepasa cualquier límite».