El Vaticano: las leyes contra la discriminación no pueden vulnerar la libertad religiosa - Alfa y Omega

El Vaticano: las leyes contra la discriminación no pueden vulnerar la libertad religiosa

El secretario para las Relaciones con los Estados ha afirmado en la ONU que la vigilancia y el enjuiciamiento del racismo no pueden justificar que se «violen los derechos de las minorías o se censuren sus opiniones»

Fran Otero
El arzobispo Paul R. Gallagher, secretario para las Relaciones de los Estados de la Santa Sede, durante una rueda de prensa en el Vaticano. Foto: CNS

«Los derechos humanos universales son indivisibles e interdependientes y, por tanto, no pueden existir en oposición. Por tanto, las leyes y normas que tratan de erradicar la discriminación y la intolerancia deben respetar el derecho a la libertad de opinión, pensamiento, religión y conciencia». Son palabras de Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede durante su participación en la reunión sobre el 20 aniversario de la adopción de la Declaración y el Plan de Acción de Durban –para combatir la discriminación por motivos raciales–, que se celebra en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas que tiene lugar estos días en Nueva York.

A renglón seguido, el representante pontificio ha subrayado que la vigilancia, la investigación y el enjuiciamiento de los incidentes de racismo, discriminación racial o xenofobia «no deben convertirse nunca en una justificación para que los Estados violen los derechos humanos de las minorías o censuren sus opiniones».

Tras mostrar su rechazo a todas estas formas de discriminación y el compromiso de la Santa Sede en su erradicación, ha afirmado que el racismo «tiene su origen en la afirmación errónea y perversa de que un ser humano tiene menos dignidad que otro». Y ha constatado que son muchos los migrantes afrodescendientes en el mundo que «se enfrentan al racismo y la xenofobia en lugar de recibir el apoyo que necesitan».

Persecución religiosa y eugenesia

Además del racismo, Gallagher ha mostrado su preocupación por la intolerancia contra grupos religiosos, que conduce, ha dicho, «a la restricción del derecho a practicar libremente la religión elegida» y que, en sus formas más extremas, «puede causar hostilidad, violencia y crímenes atroces». «El desprecio del derecho a la libertad de religión y de creencias conduce a la violación de otros derechos humanos», ha añadido.

Así, ha denunciado que en los últimos años se ha producido «un aumento generalizado de la persecución religiosa por parte de agentes estatales y no estatales», de modo que «se discrimina a individuos y a poblaciones enteras por su fe, mientras que los perpetradores a menudo gozan de impunidad».

Por último, se ha referido a la eugenesia como «forma de discriminación» y ha denunciado que «detrás de las técnicas de procreación artificial y de los aspectos oscuros de los diagnósticos prenatales se esconde a menudo una mentalidad eugenésica». Esta sostiene que «hay seres humanos de valor inferior a causa de la discapacidad, el sexo u otros rasgos» a los que, a menudo, se les niega la vida. En este sentido, ha afirmado que esta práctica afianza «principios de discriminación» que van contra la Declaración de Durban.