Encuentro de ministros entre China y el Vaticano mientras Zen lleva sus quejas a EE. UU. - Alfa y Omega

Encuentro de ministros entre China y el Vaticano mientras Zen lleva sus quejas a EE. UU.

El secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher, y el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, se reunieron el viernes en Múnich. Durante la conversación se comprometieron a «proseguir el diálogo para favorecer la vida de la Iglesia católica y el bien del pueblo». Pocos días antes, en Washington, el cardenal Joseph Zen denunciaba que, al contrario, «el Vaticano lo ha perdido todo y no ha ganado nada»

Redacción
Foto: AFP/Vatican Media

El Vaticano y China acordaron el viernes «proseguir el diálogo», en el encuentro de más alto nivel protagonizado por sus representantes desde la ruptura de relaciones diplomáticas en 1951. La reunión tuvo lugar en el marco de la Conferencia sobre Seguridad en Múnich (Alemania), entre el secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher, y el ministro de Exteriores chino, Wang Yi.

En el encuentro, que transcurrió en un «clima cordial», se repasaron los contactos entre la República Popular de China y el Estado de la Ciudad del Vaticano, «desarrollados positivamente en el tiempo». Y se subrayó «la importancia» del Acuerdo provisional sobre el nombramiento de los obispos firmado el 22 de septiembre de 2018. También se abordaron temas como «el diálogo intercultural y los derechos humanos» y se apostó por «una mayor cooperación internacional con el objetivo de promover la convivencia civil y la paz en el mundo».

«Favorecer la vida de la Iglesia»

Las promesas de continuar fortaleciendo las relaciones bilaterales «para favorecer la vida de la Iglesia católica y el bien del pueblo» chino contrastan con las afirmaciones escépticas realizadas pocos días antes en Estados Unidos por el arzobispo emérito de Hong Kong, el cardenal Joseph Zen. En un encuentro con los líderes del Congreso en Washington D. C. el 11 de febrero, el cardenal, siempre muy crítico con la estrategia de acercamiento al régimen comunista, expuso los renovados ataques a la libertad religiosa en el gigante asiático.

«La Iglesia está cada vez más bajo persecución. Tanto la oficial como la clandestina», afirmó poco después en una entrevista a Catholic News Agency. «Incluso en la Iglesia oficial, los fieles están cada vez más controlados. Te dicen que destruyas las cruces sobre tu templo, y dentro ponen la imagen de Xi Jinping, tal vez no en el centro, pero en algún sitio. Debes tener la bandera dentro de la iglesia y cantar el himno nacional», enumeró junto con otras medidas como la prohibición de que los menores participen en actividades religiosas y a la petición de que se modifique la traducción de la Biblia.

El arzobispo emérito de Hong Kong teme que la Iglesia clandestina acabe desapareciendo por la muerte de sus obispos, que por el acuerdo no están teniendo relevo generacional (los nuevos nombramientos de obispos de mutuo acuerdo entre la Santa Sede y China se refieren a la Iglesia oficial); y la consiguiente falta de sacerdotes. «Esperamos que los fieles puedan mantener la fe en sus familias. Tenemos que decirles que vuelvan a las catacumbas».

«En este acuerdo, el Vaticano lo ha perdido todo y no ha ganado nada. No entiendo por qué lo han hecho», lamenta el cardenal, que reconoce que la información que comparte la recibe de personas que lo visitan en Hong Kong, pues no puede ponerse en contacto con gente que siga en la China continental.

Efe / Redacción