El Profe. Cuando la educación es lo único que nos queda - Alfa y Omega

Lo cierto es que nunca está de más recordar que la educación es, de todas las artes, la que nos permite redescubrirnos y crecer, por dentro y por fuera, como seres humanos (porque es un arte, —no se equivoquen–). Nos invita a saltar al vacío y ampliar horizontes. Descubrir otros mundos y multiplicar las emociones. La educación, como saben, lo es casi todo. Aprender a preguntar y preguntarse siempre está de moda, el problema viene cuando las reglas del juego cambian y la educación se olvida… Ahí comienza la derrota.

Eso bien lo intuye Jaroslaw Bielski cuando asume el riesgo de dirigir este proyecto traducido por Fernando Gómez Grande. Se trata de una crítica ácida e hiriente sobre la educación y sus cambios en estos últimos treinta años, por poner una fecha. Ya saben, cuando entraba el profe en clase y todos (incluso yo misma) se levantaban como muestra de respeto, hasta ahora, que cuando el profesor entra en el aula como mucho, uno consigue que a los cinco minutos estén los muchachos sentados, sin los pies encima de la mesa y los chicles asomando por la comisura de los labios (esto último ya es inevitable).

El caso es que los tiempos han cambiado, no hace falta mentarlo. En treinta y cinco años hemos asistido a siete reformas de la Ley de Educación en plena democracia. Para España –lo quieran o no- la educación es una asignatura pendiente. Por esta razón El Profe salta a la escena con una actualidad que espanta e invita a la reflexión. Por momentos uno se siente como el profesor al que nadie escucha, o como el alumno que no tiene interés por nada, o como ese político que se sirve de la educación para menospreciarla, o… Uno cuando contempla el maravilloso papel de Gabriel Garbisu en la piel del profesor siente lástima, complicidad y hasta cierta desazón romántica.

De todo, lo mejor es la actuación brillante de Garbisu. Salta del profesor al alumno pasando por el político en un santiamén. En su rostro se intuye el dolor por la incapacidad de transmitir como docente la pasión por las letras a sus alumnos. Es profesor de Literatura… de Literatura… Y claro, ya saben que aquello que alimenta el espíritu es todavía más difícil de digerir. El caso es que se servirá de Lope y Calderón para enamorar a sus alumnos y para persuadirlos, pero ni por esas; se encuentra un muro de incomprensión y desidia que le frustra y termina –o no- por robarle hasta el seso.

Acérquense si pueden a ver y vivir esa preciosa pieza teatral. Un monólogo que desborda mucha energía y también mucha verdad. No está de más decir que si usted está en contacto de alguna manera con la enseñanza, esta probablemente es su obra de teatro, la disfrutará de sobremanera; y si no se dedica ni por asomo a este bello mundo, también lo es porque… ¿Conocen a alguien que no quiera aprender a pensar? Una hora y media que va más allá de la crítica fácil. Humor ácido y buen hacer en la interpretación de Gabriel Garbisu. Regálense este paseo por las aulas, los credos y las logias.

El profe

★★★☆☆

Teatro:

Réplika Teatro

Dirección:

Calle Pedro Justo Dorado, 8

Metro:

Guzmán el Bueno

OBRA FINALIZADA