El porno en Francia protesta con un apagón contra las medidas para proteger a los menores
Su ministra de Asuntos Digitales exige controles más estrictos que la mera casilla de «tengo más de 18 años». Quienes no los implementen se arriesgan a multas y bloqueos
A partir de este miércoles, cualquier consumidor de pornografía que acceda a un sitio web desde Francia encontrará una imagen del célebre cuadro La Libertad guiando al pueblo, de Eugène Delacroix, y es elogan La libertad no tiene un botón de off. Es el lema que ha acuñado Aylo, la empresa que gestiona desde Chipre las páginas dedicadas a este tipo de contenidos vejatorios, en protesta por las medidas que el gobierno galo implementará a partir de este viernes para proteger a los menores verificando su edad.
Según ha revelado El País, las plataformas dedicadas a este tipo de negocio califican la prevención del gobierno francés como una normativa «desproporcionada» e «intrusiva». El argumento que esgrimen es que, como el acceso exige identificarse con un documento de identidad, compromete la privacidad de los consumidores.
La ley francesa obliga a los sitios web dedicados a la pornografía o las apuestas a implimentar medidas más eficaces para alejar a los menores que la absolutamente insuficiente casilla de «tengo más de 18 años». Arcom, que es el organismo audiovisual francés, puede multarlos e incluso bloquearlos si no endurecen su seguridad. En este país, uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 17 años visita al menos una vez al mes Pornhub, que es el quinto sitio web más visitado en todo el país.
Por su parte, la ministra francesa de Asuntos Digitales, Clara Chappaz, ha defendido su ley y asegurado que los sistemas previstos garantizan el anonimato. «Mentir para no respetar la ley es inaceptable», ha dicho.
Mientras tanto, España —e Italia, Dinamarca y Grecia— estudian sistemas similares para proteger a los menores de este tipo de contenido. De hecho, nuestro país ya valoró medidas similares al redactar la ley orgánica para la protección de las personas menores de edad en los entornos digitales. Es un riesgo que también preocupa a la Comisión Europea.