El Pontífice: «La Iglesia debe abrir las fronteras entre los pueblos» - Alfa y Omega

El Pontífice: «La Iglesia debe abrir las fronteras entre los pueblos»

«En un mundo donde se multiplican las ocasiones para socializar, corremos el riesgo de estar paradójicamente más solos, siempre conectados y sin embargo incapaces de establecer vínculos», ha señalado León XIV en la Misa de Pentecostés

Ester Medina Rodríguez
El Papa León XIV durante la Eucaristía de Pentecostés este domingo en la plaza de San Pedro
El Papa León XIV durante la Eucaristía de Pentecostés este domingo en la plaza de San Pedro. Foto: CNS / Lola Gómez.

Bajo un cielo despejado y soleado, este domingo se han dado cita en la Plaza de San Pedro los más de 70.000 peregrinos de más de 100 países que han acudido a Roma este fin de semana para celebrar el Jubileo de los Movimientos, Asociaciones y Nuevas Comunidades. Además, la Eucaristía de este jubileo, presidida por el Santo Padre, ha coincidido con la solemnidad de Pentecostés.

El Papa ha nombrado durante la homilía a sus dos predecesores: Francisco y Benedicto XVI. De este último ha rescatado sus palabras durante la Misa de Pentecostés de 2005, en la que expresó que «el Espíritu Santo da el don de comprender y abre las fronteras». Por eso, «la Iglesia debe llegar a ser siempre nuevamente lo que ya es: debe abrir las fronteras entre los pueblos y derribar las barreras entre las clases y las razas. En ella no puede haber ni olvidados ni despreciados. En la Iglesia hay sólo hermanos y hermanas de Jesucristo libres».

El Papa saluda a los fieles congregados en la plaza de San Pedro este domingo
El Papa saluda a los fieles congregados en la plaza de San Pedro este domingo. Foto: CNS / Lola Gómez.

Por su parte, a Francisco lo ha citado al final de la homilía, recuperando también sus palabras en esta solemnidad: ««Hoy en el mundo hay mucha discordia, mucha división. Estamos todos conectados y, sin embargo, nos encontramos desconectados entre nosotros, anestesiados por la indiferencia y oprimidos por la soledad». Signo de ello, ha indicado León XIV, «son las guerras que agitan nuestro planeta», y ha invitado a invocar al Espíritu «para que abra las fronteras, abata los muros, disuelva el odio y nos ayude a vivir como hijos del único Padre que está en el cielo».

León XIV ha explicado también cómo los apóstoles «percibieron una mirada nueva y una inteligencia del corazón que les ayudó a interpretar lo sucedido» cuando estaban tristes y con miedo después de la muerte de Jesús. Por eso, ha asegurado que «el Espíritu Santo vence su miedo, rompe las cadenas interiores, alivia las heridas, los unge con fortaleza y les da el valor de salir al encuentro de todos».

«El Espíritu abate los muros de la indiferencia y del odio»

El Papa se ha detenido especialmente en la reflexión sobre las distintas claves del Espíritu Santo. Esto es, por ejemplo, que «abre las fronteras dentro de cada uno de nosotros disolviendo nuestras durezas, cerrazones, egoísmos, miedos que nos paralizan y narcisismos que nos hacen girar sólo en torno a nosotros mismos». En este sentido, y en una sociedad «donde se multiplican las ocasiones para socializar, corremos el riesgo de estar paradójicamente más solos, siempre conectados y sin embargo incapaces de establecer vínculos», ha señalado el Santo Padre. Por eso, «el Espíritu viene a desafiar el individualismo».

Además, ha señalado que el Espíritu también «abre las fronteras de las relaciones». En este punto ha señalado especialmente aquellos casos de relaciones «que se intoxican por la voluntad de dominar al otro» y que provocan «numerosos y recientes casos de feminicidio». Otro elemento son las fronteras entre los pueblos, que también son abiertas por el Espíritu. «Las diferencias, cuando el soplo divino une nuestros corazones y nos hace ver en el otro el rostro de un hermano, no son ocasión de división y de conflicto, sino un patrimonio común del que todos podemos beneficiarnos, y que nos pone a todos en camino, juntos, en la fraternidad».

Asimismo, León XIV ha afirmado que «el Espíritu rompe las fronteras y abate los muros de la indiferencia y del odio», y nos enseña que «donde hay amor no hay sitio para los prejuicios, para las distancias de seguridad que nos alejan del prójimo, ni para la lógica de la exclusión que vemos surgir desgraciadamente también en los nacionalismos políticos».

Regina caeli

Al finalizar la celebración, el Papa ha mandado un afectuoso saludo y un especial agradecimiento a todo el clero presente y también a los peregrinos, asociaciones y movimientos eclesiales presentes en la Plaza de San Pedro. «Partan renovados de este jubileo dedicado a ustedes. ¡Vayan y lleven a todos la esperanza del Señor Jesús!», les ha pedido.

Además, el Pontífice se ha acordado también de los alumnos que terminan el curso escolar a lo largo de estos días, y ha mandado un cariñoso saludo a los estudiantes y profesores que en los próximos días realizarán los exámenes finales.

«Sólo un corazón pacífico puede difundir la paz en la familia, en la sociedad, en las relaciones internacionales», ha asegurado León XIV que, una vez más, ha pedido que el Espíritu «abra caminos de reconciliación donde haya guerra; ilumine a los gobernantes y les dé el valor de realizar gestos de distensión y diálogo».