El Papa pide que el obispo sea «firme y decidido» a la hora de afrontar los abusos - Alfa y Omega

El Papa pide que el obispo sea «firme y decidido» a la hora de afrontar los abusos

León XIV, que hasta su elección estuvo al frente de la selección de los pastores, los ha invitado en su Jubileo a estar cerca de las familias con «cargas excesivas», los jóvenes «decepcionados» y los ancianos «abandonados»

María Martínez López
El Santo Padre llega a la basílica de San Pedro para el encuentro con los obispos
El Santo Padre llega a la basílica de San Pedro para el encuentro con los obispos. Foto: Reuters / Remo Casilli.

El Papa León XIV ha exhortado a los obispos a ser firmes y a respetar las normas ante los casos de abusos, especialmente contra menores. Ha sido este miércoles, durante la meditación que les dirigió en la basílica de San Pedro con motivo de su Jubileo. En concreto, les ha dicho que el obispo «debe ser firme y decidido al afrontar las situaciones que puedan provocar escándalo, así como cualquier caso de abuso, especialmente contra menores, ateniéndose a las disposiciones vigentes».

León XIV, que antes de su elección fue precisamente prefecto del Dicasterio para los Obispos, también ha destacado que «el obispo es, ante todo, el principio visible de unidad en la Iglesia particular que le ha sido confiada». Y ha añadido que deben ser «hombres de esperanza», «especialmente cuando el camino del pueblo se hace más difícil». Esto se hace «no con las palabras, sino con la cercanía».

«Cuando las familias llevan cargas excesivas y las instituciones públicas no las sostienen adecuadamente; cuando los jóvenes están decepcionados y hartos de mensajes falsos; cuando los ancianos y las personas con discapacidades graves se sienten abandonados, el obispo está cerca», ha abundado. «Y no ofrece recetas, sino la experiencia de comunidades que tratan de vivir el Evangelio con sencillez y compartiendo con generosidad».

Entre otras «virtudes indispensables» de los obispos ha destacado «la prudencia pastoral, la pobreza, la perfecta continencia en el celibato y las virtudes humanas». Así, «la prudencia pastoral permite al obispo guiar a la comunidad diocesana valorando sus tradiciones y promoviendo nuevos caminos y nuevas iniciativas».

Acto seguido ha explicado que un pastor «tiene un estilo sencillo, sobrio y generoso, digno y al mismo tiempo adecuado a las condiciones de la mayoría de su pueblo». Y ha agregado que «las personas pobres deben encontrar en él un padre y un hermano, sin sentirse incómodas al encontrarse con él o al entrar en su casa. Está personalmente desapegado de las riquezas y no cede a favoritismos basados en estas o en otras formas de poder».

Respecto a otras cualidades ha citado «la lealtad, la sinceridad, la magnanimidad, la apertura de mente y de corazón, la capacidad de alegrarse con los que se alegran y sufrir con los que sufren». Asimismo, los pastores deben tener «dominio de sí mismo, delicadeza, paciencia, discreción, una gran propensión a escuchar y al diálogo, la disponibilidad al servicio».