El Vaticano regala su primer documental sobre León XIV
León de Perú da pistas sobre el rumbo del pontificado. Se puede ver y emitir gratis, pero la Santa Sede invita a hacer donativos para financiar obras sociales en el país
El Vaticano ha enviado a tres reporteros a las ciudades de Perú donde vivió Robert Prevost para trazar un retrato sobre esos años misioneros. Combinando historias de cómo rezaba, cómo gobernaba y cómo se preocupaba por la gente, han producido un sorprendente documental lleno de humanidad y humor, estrenado en YouTube bajo el título León de Perú y que da pistas sobre el rumbo del pontificado.
«Ya se veía que era un pastor que estaba en la calle, porque justo después de la elección, quienes lo habían conocido publicaron fotos con él a caballo. Pero viajando allí constatamos hasta qué punto había entrado en la cultura y en los hogares de la gente», explica a Alfa y Omega Salvatore Cernuzio, uno de los autores.
A lo largo de 45 minutos, van desfilando historias sencillas de personas normales que cuentan cómo el padre Roberto impactó en sus vidas con gestos cotidianos y amistades conservadas durante los años que pasó en el país. Por ejemplo, Héctor Camacho, quien fue monaguillo con él estando recién ordenado en Chulucanas, recuerda que «aprendió mucho de su bondad, de su sencillez». Unos años más tarde fue a verlo y lo encontró triste. «Me explicó que estaba viajando a Estados Unidos, pues había fallecido su madre. Yo le conté que mi señora estaba embarazada y le pregunté si me permitía ponerle a mi hija el nombre de su mamá, Mildred. Aceptó y le pedí que me enseñara cómo se escribía. Después lo comprometí para que fuera su padrino».
También en los 80 lo conoció en Trujillo el agustino Ramiro Castillo, de quien fue director espiritual y a quien enseñó a vivir su vocación. Asegura que el Papa es «un hombre de acción, de oración, de contemplación»; y muestra fotos suyas celebrando Misa bajo un árbol, en una misión en Piura o cantando ante una tarta de cumpleaños. Allí, donde estuvo entre 1988 y 1999, le conoció asimismo Maria Llopla, sacristana de Santa Rita. «Era muy respetuoso y se comportaba igual con todos, pues éramos sus hijos, sus hermanos, su familia», asegura.
León de Perú recoge también la historia del comedor social que construyó en una barriada de Trujillo, cómo ayudó a quienes perdieron sus casas en desastres naturales en la sierra o qué hizo para acompañar durante la COVID-19 en Callao. El padre Cristophe Ntaganzwa, que tiene una parroquia en la barriada de Pachacútec, recuerda que Francisco nombró a Prevost administrador apostólico durante la pandemia y que nada más llegar removió cielo y tierra para buscar ayudas: «Trajo varios camiones con miles de pollos, 150 kilos de carne de cerdo, medicinas, agua mineral». Uno de los habitantes, Nelson Palacios, parado a causa del confinamiento, narra que estaban muy inquietos porque «si no trabajo, ¿de dónde traigo para comprar los alimentos? Pero Dios es grande y nunca nos faltó nada».
Según Janinna Sesa, de Cáritas Chiclayo, no se limitaba a la labor social, pues «nos animó a incluir en nuestros proyectos la vida de fe. Por ejemplo, si era un centro de refuerzo escolar para niños, que aprendieran a bendecir los alimentos y a participar de los sacramentos». Es conmovedora la historia de Sylvia, víctima de la trata y la prostitución cuando era niña en Chiclayo, que ayudaba al ahora Papa y a unas adoratrices a rescatar a chicas de la calle. «El Papa las escuchaba, las animaba a abrir un negocio, porque muchas eran madres de familia y estaban así por situación de pobreza. Nos animaba y decía: “Va a ir bien”».

Durante el estreno del documental en la Filmoteca Vaticana, Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación, explicó que el producto está gratuitamente a disposición de las televisiones que lo deseen. Pero propuso «a quienes puedan que paguen algo, para destinarlo a obras de caridad en Perú».
«Ha sido un desafío hacerlo tan rápido, pero queríamos mostrar cómo ha crecido el Papa en este país tan hermoso», resume a Alfa y Omega otro de los autores, Jaime Vizcaíno. Está orgulloso del resultado, pues refleja «el gran corazón del Papa y de quienes nos han abierto sus casas». Lo que le sorprende a Cernuzio es que las decenas de entrevistas realizadas en seis ciudades diferentes «reflejan siempre el deseo de dar las gracias a Robert Prevost por lo que los ayudó». Es la huella que dejó allí el padre Roberto, ahora Papa León XIV.