El Papa anima a salir al encuentro de los que sufren - Alfa y Omega

El Papa anima a salir al encuentro de los que sufren

Francisco también ha recordado los peligrosos viajes en nave en la época del santo, lo que le ha llevado a denunciar que «hoy, por desgracia», a quienes los emprenden, «los dejamos morir en el Mediterráneo»

José Calderero de Aldecoa
El Papa durante la audiencia. Foto: Reuters/ Guglielmo Mangiapane.

Francisco ha recuperado la catequesis que no pudo pronunciar hace una semana, durante la audiencia general, al encontrarse en la plaza de San Pedro con Tawadros II, Papa de Alejandría y patriarca de la sede de san Marcos. Se trata de un texto muy especial para el Papa, que no ha querido desechar, ya que en él glosa la figura de san francisco Javier, el «más grande misionero de los tiempos modernos», como lo ha calificado, y estrecho colaborador del fundador de la Compañía de Jesús. Un santo que puede servir de modelo para tantos jóvenes «que no saben qué hacer con la inquietud que tienen». A todos ellos, el Pontífice les ha pedido que «miren a san Francisco Javier» y «a tanta gente que sufre y que necesita conocer a Jesús» alrededor del mundo.

El Papa ha destacado en primer lugar el encuentro de san Francisco con san Ignacio de Loyola, que le ayuda a vivir «una experiencia espiritual nueva y profunda», una verdadera conversión «para liberarse de toda ambición y dedicarse sin reservas al servicio de Dios». De esta forma, y teniendo en cuenta la expansión contemporánea que vive el cristianismo desde Europa hacia los confines del mundo desconocido, el santo es enviado por Pablo III a las indias orientales.

Inicia así, ha subrayado el Santo Padre, el primero de un numeroso grupo de misioneros apasionados, preparados para soportar fatigas y peligros inmensos, a alcanzar tierras y encontrar pueblos de culturas y lenguas completamente desconocidas, impulsados solo por el fortísimo deseo de dar a conocer a Jesucristo y su Evangelio. Pero los peligros, según el Papa, no solo acechaban en los territorios de misión. «Los viajes en nave en aquella época eran durísimos y peligrosos. Muchos morían en el viaje por naufragios o enfermedades». Lo mismo ocurre en la actualidad «Hoy, por desgracia, los dejamos morir en el Mediterráneo», ha recordado.

El santo navarro dedica 11 años a su periplo evangelizador hasta que muere el 2 de diciembre de 1522, con 46 años, consumido por el esfuerzo y tratando de embarcar hacia China. Antes del juicio final, viajó por Goa, las islas Molucas o Japón y en todos aquellos lugares por los que pasó «cuidaba mucho de los enfermos, los pobres y los niños», una «intensa actividad» que «estuvo siempre unida a la oración, a la unión con Dios, mística y contemplativa».

Por todo ello, san Francisco Javier «es el patrón de las misiones católicas» y es «modelo ejemplar de celo apostólico». Que el Señor, ha concluido el Pontífice, «nos dé esa alegría de evangelizar, la alegría de llevar adelante este mensaje que nos hace tanto bien a nosotros y a todos».