El Papa pide a la Curia «que nadie se sienta maltratado»
Francisco celebró la Misa en San Pedro con motivo del Jubileo de la Curia en la fiesta de la Cátedra de San Pedro. «Debemos alimentar al rebaño con “alma generosa” y convertirnos en un “modelo” para todos. De este modo, “cuando aparezca el príncipe de los pastores” podremos recibir la “corona de la gloria que no se desvanece”», pidió el Santo Padre
En la fiesta de la Cátedra de San Pedro Apóstol, el Santo Padre ha presidido esta mañana la Santa Misa con motivo del Jubileo de la Curia Romana y de las instituciones relacionadas con la Santa Sede.
Francisco llegó a la Basílica de San Pedro, donde cruzó la Puerta Santa, caminando desde el Aula Pablo VI, en procesión junto al resto de participantes.
«Nuestro pensamiento y nuestro rostro están fijos en Jesucristo, principio y fin de cada acción de la Iglesia», dijo el Papa en la homilía de la celebración. «Él es el fundamento y nadie puede poner otro diferente. Él es la roca sobre la que hay que construir. Lo recuerda con palabras significativas San Agustín cuando escribe que la Iglesia, aún agitada y sacudida por los acontecimientos de la historia, “no se derrumba, porque está fundada sobre la piedra, de la que Pedro toma su nombre”», añadió.
A continuación, el Papa explicó que «de esta profesión de fe se deriva para cada uno de nosotros el deber de responder a la llamada de Dios». En este sentido, «a los pastores, sobre todo, se les pide tener como modelo a Dios mismo que cuida de su rebaño y también es bueno para nosotros dejar que el rostro de Dios el Buen Pastor nos ilumine, nos purifique, nos transforme y nos restituya totalmente renovados a nuestra misión».
Que nadie se sienta maltratado
El Santo Padre también pidió a los miembros de la Curia y al resto de asistentes «que nadie se sienta descuidado o maltratado, sino que cada uno pueda experimentar, antes de nada, el amoroso cuidado del Buen Pastor».
«Estamos llamados –dijo Francisco– a ser los colaboradores de Dios en un proyecto tan importante y único como el de testimoniar con nuestra existencia la fuerza de la gracia que transforma y el poder del Espíritu que renueva».
«Dejemos que el Señor nos libre de toda tentación que nos aleja de lo esencial de nuestra misión, y redescubramos la belleza de profesar la fe en el Señor Jesús. La fidelidad al ministerio se combina con la misericordia que queremos experimentar».
«Como hemos escuchado en las palabras del apóstol Pedro, debemos alimentar al rebaño con “alma generosa” y convertirnos en un “modelo” para todos. De este modo, “cuando aparezca el príncipe de los pastores” podremos recibir la “corona de la gloria que no se desvanece”», concluyó el Papa.
VIS / Redacción