El Papa nombra al obispo de Shanghái para resolver un problema con China - Alfa y Omega

El Papa nombra al obispo de Shanghái para resolver un problema con China

Pekín trasladó unilateralmente allí a Joseph Shen Bin y Roma ha actuado para «poner remedio a la irregularidad canónica en Shanghái»

Redacción
Joseph Shen Bin, nuevo obispo de Shanghái.

El cardenal Pietro Parolin, en una entrevista a los medios vaticanos, explica que la decisión ha venido motivada por dos razones. En primer lugar, porque la diócesis de Shanghái llevaba tiempo sin obispo. En segundo lugar, porque las autoridades chinas habían trasladado allí a Joseph Shen Bin sin la autorización del Vaticano. El prelado era obispo de Haimen y fue enviado a Shanghái por Pekín sin consultar con Roma. Aprovechando este traslado no autorizado, el Papa decidió regularizar la situación del obispo y, al mismo tiempo, dar un pastor a una diócesis que no lo tenía.

El secretario de Estado evoca en esta entrevista este caso y uno precedente del que sí informó públicamente la Santa Sede y que se produjo al poco tiempo de la renovación del acuerdo marco entre Roma y Pekín. En noviembre de 2022 China, unilateralmente, nombró obispo a Joseph Peng Weizhao, obispo de Yujiang, como auxiliar de la diócesis de Jiangxi, una sede no reconocida por la Santa Sede. Entonces Roma expresó su descontento por la vulneración de los términos del acuerdo a los pocos días de su renovación. Por eso, Parolin recuerda en esta entrevista de este sábado que esta forma de proceder «no tiene en cuenta el espíritu de diálogo y de colaboración entre la parte vaticana y la parte china en estos años y que ha de tener como punto de referencia el acuerdo».

Actuar de buena fe

«El Santo Padre Francisco ha decidido remediar la irregularidad canónica creada en Shanghái por el bien mayor de la diócesis y del fructífero ejercicio del ministerio pastoral del obispo. La intención del Santo Padre es fundamentalmente pastoral y permitirá a monseñor Shen Bin operar con mayor serenidad para promover la evangelización y favorecer la comunión eclesial», apostilla el diplomático, quien recuerda que el acuerdo con China se basa «en el principio fundamental del consenso en las decisiones que tienen que ver con los obispos».

Dice además que, cuando se presenten situaciones que vulneren dicho consenso, al menos de parte del Vaticano, se intentará actuar de buena fe, ciñéndose a lo que está escrito «e inspirándose a los principios que han guiado su contenido». «Hemos de prevenir juntos situaciones desequilibradas que creen sinsabores e incomprensiones también dentro de las comunidades católicas y la buena aplicación del acuerdo es uno de los medios para hacerlo junto al diálogo sincero», insiste Parolin.

Cuestiones «complejas y abiertas»

Asimismo, y dirigiéndose a China, Parolin reclama que resuelva la situación de los auxiliares de Shanghái, Thaddeus Ma Daqin, quien permanece en arresto domiciliario por negarse a colaborar con la Iglesia patriótica, y Joseph Xing Wenzhi, jubilado, que requieren una «solución justa y sabia». También hace alusión a otras cuestiones «complejas y abiertas» que China tiene que tratar con Roma, como son unos estatutos adecuados para la Conferencia Episcopal China; una comunicación regular y fluida entre los obispos chinos y el Papa; y la existencia de «muchas sospechas que ralentizan y obstaculizan la obra de la evangelización». En este punto, el secretario de Estado asegura que «los católicos chinos, también los definidos como «clandestinos», merecen confianza porque quieren ser de forma sincera leales ciudadanos y ser respetados en su conciencia y en su fe».