El Papa: «Desde aquí la guerra parece aún más absurda»
Francisco ha recibido esta mañana en el hospital la visita del secretario de Estado, cardenal Parolin, y de Edgar Peña Parra. En su mensaje para el ángelus, asegura que tiene «la oportunidad de compartir en el cuerpo y en el espíritu la condición de tantos enfermos y personas que sufren»
Un domingo más, el texto del tradicional rezo mariano del ángelus para el que Francisco solía asomarse al balcón en la plaza de San Pedro se ha vuelto a distribuir sin poder verle a él debido a su delicado estado de salud y su hospitalización en el Hospital Policlínico Gemelli de Roma, donde lleva ingresado desde el 14 de febrero.
En el comunicado en la mañana de este domingo, la Santa Sede ha informado de que el Pontífice ha pasado «una noche tranquila» y se encuentra descansando. Además, el director de la Oficina de Prensa, Matteo Bruni, ha informado de que Francisco ha recibido este domingo la visita del cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, y del sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, Edgar Peña Parra. Según la nota, tras despertarse, el Papa ha desayunado café y ha leído algunos periódicos.
«Me siento sostenido»
«Les mando estos pensamientos todavía desde el hospital, donde como saben estoy desde hace varios días, acompañado por médicos y trabajadores sanitarios, a quienes doy las gracias por la atención con la que me cuidan». Con estas palabras comienza el Papa Francisco el texto del ángelus para este domingo.
Con un gran sentido del agradecimiento por tener «la oportunidad de compartir en el cuerpo y en el espíritu la condición de tantos enfermos y personas que sufren», el Pontífice asegura que siente en el corazón la «bendición» que se esconde dentro de la fragilidad. «Cuando la enfermedad nos hace más vulnerables, es cuando aprendemos aún más a confiar en el Señor».
Igualmente, el Santo Padre aprovecha para agradecer todas las oraciones «que se elevan al Señor desde el corazón de muchos fieles de muchas partes del mundo: siento todo vuestro afecto y vuestra cercanía y, en este momento particular, me siento como llevado y sostenido por todo el Pueblo de Dios. ¡Gracias a todos!».
Aún hospitalizado, el Papa mantiene las oraciones por la paz y el cese de todas las guerras y conflictos del mundo. «Desde aquí la guerra parece aún más absurda», señala en su mensaje. También pide continuar rezando «por la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán o Kivu», en el este de la República Democrática del Congo.
Ya en la catequesis, Francisco ha reflexionado sobre dos de los cinco sentidos: la vista y el gusto. Sobre el primero, ha pedido «entrenar los ojos para observar bien el mundo y juzgar con caridad al prójimo», porque «solo con esta mirada de cuidado y no de condena, la corrección fraterna puede ser una virtud. ¡Porque si no es fraterna, no es una corrección!».
En cuanto al gusto, ha hecho alusión a la frase del Evangelio de este domingo: «De lo que rebosa el corazón habla tu boca». Por eso, el Papa ha señalado que «los malos frutos son las palabras violentas, falsas, vulgares», mientras que los buenos son «las palabras justas y honestas que dan sabor a nuestros diálogos». En este sentido, la reflexión dominical del Santo Padre nos invita a preguntarnos: «¿Yo cómo miro a las otras personas? ¿Mis palabras tienen un buen gusto, o están empapadas de amargura y de vanidad?».