El Papa, ante el atentado de Viena: «¡Basta ya de violencia!»

Este martes al mediodía, todas las campanas de las iglesias de Viena han repicado, llamando a la oración por las cuatro víctimas mortales de los tiroteos protagonizados por un terrorista islámico el lunes por la noche. El arzobispo de la ciudad, cardenal Christoph Schönborn, ha pedido que Austria no «se encierre en el miedo». En un mensaje de Twitter, apunta que el país «debe seguir abriéndose a los otros». A través de la misma red social, el Papa Francisco ha expresado su «dolor y consternación», además de compartir su oración por las víctimas y sus familiares. «¡Basta de violencia! Construyamos juntos la paz y la fraternidad. Solo el amor extingue el odio».

Su primera reacción en la red social se produjo el mismo lunes por la noche, cuando escribió que «en estas dramáticas horas rezo, con muchos otros que siguen los trágicos hechos en el corazón de nuestra ciudad a través de los medios de comunicación, por las víctimas, los servicios de emergencia y para que no haya más derramamiento de sangre». Ya el martes por la mañana, subrayaba que «el odio no debe ser la respuesta a este odio ciego. Sigamos por el camino de la solidaridad, la comunidad y la consideración» mutua.

También la Comunidad Religiosa Islámica de Austria ha manifestado sentirse «profundamente afectada y perpleja». «Nuestros pensamientos están con los afectados, sus familias y los servicios de emergencia», compartió la entidad en un mensaje en Facebook. Anunciaba también que varios de sus comités se iban a reunir este marte para analizar la situación, y ofrecía a las fuerzas de seguridad toda la colaboración de sus expertos en prevención del extremismo.

18 heridos, varios críticos

Además de las cuatro víctimas mortales, otras 18 personas continúan hospitalizadas tras ser heridas por disparos. Varias de ellas están «luchando por su vida», ha destacado el canciller federal de Austria, Sebastian Kurz. El atentado se desarrolló en hasta seis puntos del centro de la capital, que ha sido declarado zona roja y ha sido sitiado por un millar de agentes de la Policía y el Ejército.

Uno de los heridos es un policía que realizaba labores de vigilancia en una sinagoga de la zona. En un primer momento se pensó que el ataque podía tener como objetivo este templo. Pero estaba cerrado en el momento de los hechos. El Gobierno austriaco ha decretado tres días de luto nacional.

De origen albanés

La operación antiterrorista continúa aún en Viena y en otros lugares del país. El tirador, abatido en la noche del lunes por la Policía, ha sido identificado como Kujtim Fejzulai, un joven de 20 años con doble nacionalidad, austriaca y de Macedonia del Norte, aunque su origen es albanés. Había sido puesto en libertad condicional a principios de diciembre tras cumplir parte de una condena de 22 meses de cárcel por haber intentado viajar a Siria para unirse al Estado Islámico.

La Policía registró su vivienda de madrugada y llevó a cabo una extensa redada en las cercanías y la inspección de otras 15 viviendas, informó el ministro austríaco de Interior, Karl Nehammer, a la agencia austriaca APA. También se han producido varias detenciones, tanto en la capital como en a dos personas en Sankt Pölten, a unos 60 kilómetros de Viena.

Nehammer también ha explicado que en el momento de ser abatido Fejzulai «estaba equipado con un cinturón explosivo falso, un arma larga automática, una pistola y un machete para llevar a cabo este atroz ataque a ciudadanos inocentes». Las fuerzas de seguridad continúan la búsqueda de al menos otro atacante, sin descartar que en total fueran más de dos o que hubiera cómplices. Un portavoz del Ministerio del Interior, Harald Soros, ha explicado a APA que las autoridades creen que podría haber cuatro personas directamente implicadas en el atentado.

«Danos la gracia para responder con amor»

Desde España, la Iglesia también ha mostrado su cercanía y oración por la capital austriaca. «Pedimos a Dios que nos ayude a construir entre todos la paz», ha escrito en su cuenta de Twitter el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española. «Danos la gracia para responder al terror del fanatismo con la fuerza del amor y la fraternidad».

Desde la capital, su arzobispo, el cardenal Carlos Osoro, invitaba a recordar «que Dios nos invita a regalar lo mejor de nosotros mismos y así custodiar la dignidad de los demás y promover la paz. No la muerte ni la violencia. Rezo por las víctimas y por Austria».