El Papa a los seminaristas: «No se están preparando para convertirse en funcionarios» - Alfa y Omega

El Papa a los seminaristas: «No se están preparando para convertirse en funcionarios»

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El Santo Padre se encontró, la mañana del lunes, con los seminaristas del Pontificio Colegio Leoniano de Anagni. Durante su discurso, les pidió estar atentos, y no caer en el error de pensar que se están preparando para realizar una profesión: «Ustedes, queridos seminaristas, no se están preparando para convertirse en funcionarios de una empresa o de un organismo burocrático. Tenemos tantos sacerdotes a medio camino… Es un dolor que no hayan llegado a la plenitud: tienen cosas de funcionarios, y eso no hace bien a la Iglesia. Os lo ruego, ¡tengan cuidado de no caer en esto!», les dijo. «Os estáis convirtiendo en pastores a imagen de Jesús, el Buen Pastor, para ser como Él en medio de su rebaño, para alimentar a sus ovejas». Algo que calificó como «muy grande, siendo nosotros pequeños». Pero, advirtió, «no es obra nuestra. Es obra del Espíritu Santo, con nuestra colaboración».

Y esa colaboración se consigue, prosiguió, «si se ofrece uno mismo con humildad, como arcilla para modelar, para que el alfarero, que es Dios, la trabaje con el agua y el fuego, con la Palabra y el Espíritu». Solamente así «se puede ser diácono y presbítero en la Iglesia, solo así se puede apacentar al pueblo de Dios y guiarlo, no por nuestros caminos, sino por el camino de Jesús».

El Papa reconoció ante los seminaristas que «al principio, todos hemos tenido siempre esas pequeñas cosas que no eran de rectitud de intención. Pero, con el tiempo, esto se resuelve con la conversión de cada día». Y pidió a los jóvenes que piensen en los apóstoles, «en Santiago y Juan, en que uno quería convertirse en primer ministro y el otro en ministro de economía, porque era más importante. Los apóstoles pensaban en otras cosas y el Señor con tanta paciencia… hace la corrección de la intención. Al final, era tanta su rectitud de intención que han dado la vida en la predicación y en el martirio».

Así, el Papa Francisco subrayó la importancia de «meditar el Evangelio cada día, para transmitirlo con la vida y la predicación». Y además, de «experimentar la misericordia de Dios en el sacramento de la Reconciliación, y esto no dejarlo jamás». «¡Confesarse siempre!», exhortó, y «así se convertirán en ministros generosos y misericordiosos, porque sentirán la misericordia de Dios». Ser buenos pastores, agregó, «significa alimentarse de la Eucaristía con amor, para nutrir con ella al pueblo cristiano», significa «ser hombres de oración, para convertirse en voz de Cristo que alaba al Padre e intercede continuamente por los hermanos».

Si ustedes «no están dispuestos a seguir este camino, con estas actitudes y estas experiencias -advirtió el Papa a los seminaristas- es mejor que tengan el valor de buscarse otro camino. En la Iglesia hay tantas formas de dar testimonio cristiano y también tantos caminos que conducen a la santidad…». Y señaló que «el seminario no es un refugio para limitaciones psicológicas, o un refugio porque no tengo el coraje de ir adelante en la vida y busco allí un lugar que me defienda. No, no es aquello. Si su seminario fuese eso, ¡se convertiría en una hipoteca para la Iglesia! El seminario es, precisamente, para ir adelante en este camino. Una vez Pío XI dijo que era mejor perder una vocación que arriesgar con un candidato inseguro».