El notario más joven de España: «Rezaba a diario y por las mañanas tenía la fuerza del Espíritu Santo» - Alfa y Omega

El notario más joven de España: «Rezaba a diario y por las mañanas tenía la fuerza del Espíritu Santo»

Fernando Frías sacó la nota más alta de toda la historia de la oposición. «El examen coincidió con el día de la Virgen de la Almudena. Pensé, “si tiene que ser este día, es por algo”», confiesa el joven tras un proceso de acercamiento a la fe

José Calderero de Aldecoa
Fernando Frías durante la entrevista
Fernando Frías durante la entrevista. Foto: Con P de Podcast.

Fernando Frías no es solo el notario más joven de España —se sacó la oposición con 24 años—, sino una persona de fe que reconoce en su gesta una clara intervención divina. Así lo ha confesado el propio Frías en el podcast de Luis Usera, Con P de Podcast, donde Frías llega a reconocer que «haya sido el número 1 del tribunal, que haya sacado la nota más alta del notariado, no es algo que haya hecho yo, es algo que me ha sido dado. Dios quería que yo estuviera ahí» y que el mejor dictamen de cuantos he hecho me saliera precisamente el día del examen».

No obstante, el joven reconoce que proviene, sí, de una familia cristiana, «pero tampoco hemos sido los más practicantes». Fue gracias a la Escuela de Liderazgo Universitario, de la Universidad Francisco de Vitoria, donde «hice un módulo de Teología que me hizo replantearme las cosas». Al final, «he experimentado que cuando estoy cerca de Jesús, mi vida es mucho más feliz».

Fernando se siente interpelado por los mensajes del Señor en los que insta a buscar la verdad, y también por la archiconocida frase de san Juan de la Cruz, que el parafrasea así: «Al final de nuestra vida, de lo que nos van a examinar es del amor. De cuánto hemos amado en todo, en casa, en nuestra profesión…».

Pero antes de ese otro examen, Frías tenía el examen de la oposición para el que el joven se encerró en su cuarto para estudiar 14 o 15 horas diarias. «Rezaba todos los días», confiesa, «y por las mañanas tenía una fuerza procedente del Espíritu Santo. Pero no es ninguna locura, de tío pirado. No. Era una fuerza tangible», asegura. «¿Cómo le explicas a alguien que un tío sea capaz de estudiar 14 o 15 horas y no quebrarse, no enfermarse?», se pregunta durante la entrevista. «Me acuerdo que alguna noche que le pedía a Dios que me mandara una enfermedad leve. Una fiebre y anginas que me dejaran fuera de juego, porque estaba reventado. Y no me la mandaba, sino que me mandaba una alegría y una fuerza tremenda».

La Almudena, el día del examen

Después del atracón de temas, llegó el día del examen. Estaba fijado para el 13 de noviembre, así que «planifiqué todo el repaso para los días que me quedaban». Pero en un momento dado le adelantaron la fecha al 9 de noviembre. Eso hizo que llegara al examen con temas que no había podido repasar. «Después de todo ese proceso de fe que llevaba, al final el examen coincidió con el día de la Virgen de la Almudena [patrona de Madrid], que es también el aniversario de la muerte de mi abuela. Pensé, “si tiene que ser este día es por algo”». Y luego resultó que el joven sacó la mejor nota de la historia en el examen. «Uno de los temas que no había podido repasar, me cayó y curiosamente fue el que mejor me salió», reconoce.

El día del dictamen también coincidió con una fecha señalada para el joven. «Ese día era el aniversario de la muerte de mi tío». Él era una persona que había estado varias veces a punto de fallecer, pero Frías no había ido a verle en ninguna de esas ocasiones. «En una de esos momentos, ya se estaba recuperando, pero yo sentí que tenía que acudir al hospital». Así lo hizo. «Le fui a visitar. Él estaba medio dormido. Y a pesar de que se estaba medio recuperando, me dijo adiós». Después de la visita, «me fui a casa y al llegar me enteré de que se había muerto». Es decir, «fui la última persona a la que vio con vida». El dictamen de Frías, realizado en el aniversario de la muerte de su tío, fue el mejor dictamen que ha tenido lugar en España.

Y concluye: «Que yo sea el numero 1 del tribunal, que yo haya sacado la nota más alta del notariado en este examen, no es algo que haya hecho yo, es algo que me ha sido dado. Dios quería que estuviera ahí. Sí, se me dan bien los dictámenes, pero ¿qué sentido tiene que yo esté aquí? Es todo Providencia».