El Mercader de Venecia: usura vs. caridad - Alfa y Omega

Representar a Shakespeare siempre es acierto seguro. Su sagaz visión de lo más alto y lo más bajo del ser humano trasciende los siglos y recrea en escena un lugar común. Sea 1598, sea 2015. Su obra El mercader de Venecia, representada hasta el 13 de diciembre en Madrid por Noviembre Teatro no defrauda, aunque deje –y no es costumbre– el enredo amoroso en un segundo plano y priorice la constatación de la altura moral del hombre, que es capaz de morir por ley y amistad; y también de su bajeza, porque está dispuesto a matar por envidia y enemistad.

Estamos en la Venecia del siglo XVI. Y casi literalmente, porque el escenario de la sala Fernando Arrabal de las Naves del Español –en Matadero Madrid– se corona con una neblina permanente. Bassanio, joven noble, quiere conquistar a Porcia, pero para poder pretenderla necesita 3.000 ducados. Desesperado, pide ayuda a su amigo Antonio, un rico mercader que en ese momento no dispone de dinero porque lo tiene invertido en varias expediciones comerciales. Fiel a su Bassanio, el cristiano Antonio decide ir en busca de su archienemigo Shylock, un prestamista judío resentido con los nobles venecianos «porque me llaman perro al querer sacar beneficio de mi negocio». Ambos rivales cierran el trato con una cláusula: si en la fecha convenida Antonio no devuelve el dinero al judío, este será pagado con una libra de su carne.

Con esta premisa comienzan cerca de dos horas de aventuras en las que Bassanio, Antonio y sus amigos representarán los valores más altos del hombre –la fidelidad, la amistad, el amor por encima de las apariencias…– y el judío, los valores más rastreros. Shakespeare utiliza a Shylock, interpretado de forma sublime por el veterano actor Arturo Querejeta, para personalizar la usura, la avaricia en el hombre de negocios que vela más por el beneficio que por la humanidad –¿les suena?– y la lucha entre judíos y cristianos de la época.

En el montaje, dirigido por Eduardo Vasco, subyacen muchas preguntas. Una la propuso el propio Querejeta en la presentación: «¿Hasta dónde debemos cumplir la ley sabiendo que hay cláusulas abusivas que pueden condicionar la propia supervivencia de las personas?». Hay muchas más, pero les dejo a ustedes que sean quienes las formulen. Sin duda, una de las mejores piezas de la temporada, en la que el vestuario de Lorenzo Caprile hará las delicias de los espectadores, además de una escenografía sencilla pero con gran capacidad recreativa.

El Mercader de Venecia

★★★★★

Teatro:

Teatro Español – Matadero Madrid

Dirección:

Plaza de Legazpi, 8

Metro:

Legazpi

Hasta el 13 de diciembre