El Instagram de las personas invisibles
Abelardo vive en la calle y acaba de encontrar trabajo gracias a la iniciativa Un mismo equipo, que utiliza las redes sociales para dar visibilidad a las personas sin hogar
Abelardo Calvo Cabrera, de 54 años, atiende la llamada de Alfa y Omega justo antes de entrar a trabajar. Es su primer día. Pero esto no tendría nada de particular si no fuera porque este gallego afincado en Madrid, cocinero de profesión, lleva sin hacerlo prácticamente un año. Los últimos ocho meses, además, se los ha pasado malviviendo en la calle. «Al principio de la pandemia me echaron del trabajo y, como no tenía derecho a paro, no me quedó otra que ponerme a pedir. Las noches las pasaba en el parque que hay en plaza de Castilla», resume.
El artífice de que Calvo Cabrera consiguiera un empleo a pesar de estar viviendo en la calle es Gonzalo Perales. Más bien, una foto que este joven realizador audiovisual de 32 años le hizo a Abelardo y que, posteriormente, subió a Instagram acompañada de su teléfono y un texto redactado a modo de currículo: «Estuvo sus primeros años de vida profesional embarcado en la Armada, donde daba de comer a cientos de marineros; dio el salto a la cocina civil; debido a la pandemia echaron a prácticamente toda la plantilla, necesita trabajo y la ayuda de algún abogado».
El post se hizo viral. Tanto, que «incluso me ofrecieron un puesto de trabajo en Dubái». Abelardo, sin embargo, no tendrá que salir al extranjero para volver a los fogones. «Me han contratado en La Mamona Chamberí, del Grupo Lalala», dice orgulloso.
Un mismo equipo
Abelardo no es la única persona que ha conseguido trabajo gracias a Perales. «Hemos publicado diez posts de personas que viven en la calle, hay tres que ya están trabajando y estamos pendientes de que otras tres firmen próximamente», explica el joven. Todo comenzó con Manuel. «Una amiga compartió una foto suya diciendo que era electricista y necesitaba trabajo. Pero ella tiene pocos seguidores en las redes». Entonces, «la compartí yo y en 20 minutos le ofrecieron un puesto en el restaurante Pólvora», recuerda Perales. Visto el éxito, el joven creó un perfil en Instagram al que llamó Un mismo equipo (UME) –actualmente cuenta con 13.000 seguidores– y replicaron el modelo con otras personas de la calle.
La iniciativa también quiere ser una advertencia ante el uso desproporcionado del móvil. «Nos hemos convertido en seres totalmente dependientes de estos cacharritos», opina el joven. «Ya no vamos con los ojos abiertos por la calle y no empatizamos con alguien que ha tenido que dejar la vergüenza a un lado para salir a la calle y pedir». Gonzalo, sin embargo, se rebela contra esta forma de vivir. «Si no quieres ver a estas personas por la calle, pues te las pongo en una pantalla». En cualquier caso, el responsable de Un mismo equipo anima a la gente a despegarse del smartphone y hacerse sensible a las necesidades de los demás. «Nos gustaría mucho que más gente se animara a dedicar un rato a las personas sin hogar, y también que se animaran a colaborar con nosotros enviándonos sus propias fotos de las personas de la calle de su barrio o de su ciudad», concluye.
Una de las claves del éxito de Un mismo equipo radica en la popularidad en redes de Gonzalo Perales, que ganó muchos seguidores durante su lucha contra el cáncer. «Hace cuatro años tuve leucemia y entonces me hice un poco viral al ir compartiendo mi opinión sobre lo que me estaba pasando», explica. El joven decidió aprovechar el éxito para vender unas pulseras con el hashtag #QueTePetenCáncer. «Recaudé 15.000 euros para la investigación contra el cáncer», asegura. Desde entonces, «he procurado involucrarme en todo tipo de voluntariados y ayudar en lo que me ha sido posible». Ahora, a sacar a personas de la calle.