Esta novela de corte juvenil, cuya adaptación al cine acaba de cumplir 20 años, es un clásico moderno publicado originalmente en 1975 con más de cinco millones de lectores en todo el mundo. Abre con el prólogo de un buen amigo de Natalie Babbitt (1932-2016), el también escritor estadounidense Gregory Maguire, y cierra con una breve pero certera entrevista a la autora que compendia muchas claves de lectura.
Se trata de una fábula que cuenta la maravillosa historia de los Tuck, resumida esencialmente en que el matrimonio formado por Mae y Angus, y sus hijos Miles y Jesse, han probado las aguas de un manantial que les ha concedido, sin pedirlo ni desearlo, la extraña condición de ser inmortales sobre la tierra y, con ella, la de la eterna juventud. Los hechos prodigiosos acontecieron fortuitamente en el bosque del pueblo de Treegap hace más de 80 años y, desde entonces, ninguno de los cuatro ha sumado signos de edad a su cuerpo. Tampoco lo ha hecho su caballo, por cierto, que también aplacó la sed en la misma fuente.
Lejos de ser una bendición, esto supone para todos una auténtica condena que les obliga a llevar una vida sumamente discreta y nómada por dos razones fundamentales: no quieren volver a padecer el rechazo social que ya han vivido a causa del miedo que provocan los indicios más visibles de su secreto. También tienen claro que, si dejan trascender los detalles del fenómeno y el alcance de su extraordinaria circunstancia, las gentes acudirán alocadamente al manantial. De este modo, el mundo se autodestruirá antes de que pueda entenderse la dimensión catastrófica que implica que la naturaleza humana quede físicamente suspendida en el tiempo.
Tras décadas ocultándose por separado y reuniéndose en la clandestinidad cada diez años, los Tuck intentan sobrellevar, unos mejor que otros, las secuelas de no poder evolucionar vitalmente.
Todo cambia de repente el verano en que se ven obligados a revelar su drama a la nieta de los dueños del bosque, una niña de 10 años llamada Winifred Foster, que tendrá que asimilar la revelación a marchas forzadas con alguna crisis de pánico. La separan momentáneamente de sus padres y su abuela como medida de protección cautelar, porque los Tuck están decididos a retenerla hasta que entienda que ni ella ni nadie más puede beber el agua de extraños poderes y se convenza de que no puede correr la voz.
A través de los ojos de Winnie entenderemos el sufrimiento que representaría la eternidad erigida sobre un mundo terrenal. Es acogida en el cálido hogar de los Tuck como un miembro más. La casita roja, más allá de los pastos, el campo y la arboleda, donde la incorporarán a sus rutinas cotidianas, nos ofrecerá una colección de estampitas familiares ingenuas e irresistibles que constituyen un auténtico canto a la vida sencilla. También es una mirada infantil la que nos presenta la naturaleza en pleno estallido estival, un despertar de los sentidos a un nuevo mundo de sensaciones silvestres. En paralelo, la pequeña protagonista experimentará un crecimiento interior al afrontar con valentía la aventura, que se les irá complicando hasta alcanzar cotas de tragedia.
La prosa de Babbitt no deja de ser luminosa en ningún momento, pero incluso en sus instantes más coloridos atesora la gravedad genuina de los viejos cuentos de hadas. Lo mejor es que jamás resulta complaciente. Aplaudimos con todas nuestras ganas que no fuera la pretensión de la autora el transmitir una lección con su historia, sino ir desafiándonos a lo largo del camino narrativo con dilemas sobre la muerte, el amor y el crimen, siguiendo el patrón del héroe clásico.
Natalie Babbit
Temas de hoy
2023
176
16,90 €