El Hijo del hombre es señor del sábado - Alfa y Omega

El Hijo del hombre es señor del sábado

Viernes de la 15ª semana de tiempo ordinario / Mateo 11, 28‐30

Carlos Pérez Laporta
'Jesús con los fariseos'. Jacques Callot. Biblioteca Nacional de Francia
Jesús con los fariseos. Jacques Callot. Biblioteca Nacional de Francia. Foto: www.europeana.eu.

Evangelio: Mateo 12, 1‐8

En aquel tiempo, atravesó Jesús en sábado un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas.

Los fariseos, al verlo, le dijeron:

«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado». Les replicó:

«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes de la proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes.

¿Y no habéis leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?

Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.

Si comprendierais lo que significa “quiero misericordia y no sacrificio”, no condenaríais a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».

Comentario

Sus discípulos comían porque «tenían hambre». Fue algo muy natural y espontáneo: por el camino, «empezaron a arrancar espigas y a comérselas». Por eso, los fariseos ven en ello una acción de barbarie. La norma religiosa está por encima de la naturaleza. Lo religioso debe ordenar nuestra naturaleza a Dios. Las normas morales disponen espiritualmente la naturaleza, de tal modo que trabajar para comer constituye también una relación con Dios. No hay nada de la vida del hombre que no esté en relación con Dios.

De ahí que Jesús aproveche para establecer la relación con Dios no en una norma abstracta y general, sino en sí mismo: la relación con Dios de todo lo que hacemos es la relación concreta y personal con Cristo. La relación con Dios no es formal, sino personal: «aquí hay uno que es más que el templo[…] el Hijo del hombre es señor del sábado». Con ello educa no solo a los fariseos, sino también a sus discípulos. Ellos toman conciencia de que están comiendo junto al hijo de Dios, y que han trabajado en sábado para comer con Él