«El Domund no es limosna, es responsabilidad hacia mi familia que es la Iglesia»
Obras Misionales Pontificias presenta la campaña del Domund de este año junto al obispo Kike Figaredo
«Renovemos nuestro compromiso con la dulce tarea de llevar a Jesucristo a todos los rincones del mundo». Con estas palabras del Papá León XIV en castellano, del vídeo que ha querido grabar para el Domund de este año, comenzó este miércoles la rueda de prensa de OMP para impulsar la Jornada Mundial de las Misiones que tendrá lugar el próximo domingo, 19 de octubre.
«OMP y el Domund están para ayudar al Santo Padre en la tarea evangelizadora de la iglesia y llevar a Jesucristo a zonas donde no se le conoce y se le ama», ha dicho José María Calderón, director de Obras Misionales Pontificias en España.

«No somos una ONG, sino parte de la Iglesia en la que se apoya el Papá en su preocupación por todas las iglesias», ha abundado. «Por eso, para empezar pedimos oraciones y afecto hacia los misioneros», lo que incluye «el sacrificio de muchos enfermos», abundó Calderón.
Con todo, «sin la ayuda económica nuestra tarea no sale adelante». Aun así, Calderón ha matizado que el Domund «no es limosna. Es responsabilidad de mi Iglesia. Dios quiere que tengamos esta responsabilidad hacia esta familia que es la Iglesia». Por eso, «ojalá todos los cristianos nos sintamos misioneros de la Iglesia universal».
La misión en Camboya
Por su parte, Kike Figaredo, obispo español en Battambang (Camboya), ha dicho que lo que caracteriza a la Iglesia «es que es misionera, y eso supone llevar la misericordia de Dios a todo el mundo».
Ha contado también su experiencia misionera en Camboya, subrayando que «Dios ya estaba allí cuando llegué y me lo sigo encontrando en la gente». A pesar de la dureza de la guerra, ha subrayado que «la principal riqueza de los camboyanos es su espiritualidad».

«También celebramos el domingo y hacemos nuestras colectas», ha contado. Y aunque «eso es poco dinero, sin embargo es el dinero de la gente. Cada uno da sus moneditas, hasta los niños». Con todo, la Iglesia allí depende de la caridad del Domund que viene de las iglesias de países ricos: «No lo cubre todo, pero nos ayuda mucho», dijo.
«Misioneros somos todos, aquí y allí, la ternura de Dios la llevamos todos», ha matizado. Por ello, «debemos salir de nosotros mismos y llegar a otras personas que necesitan nuestro cariño y la Palabra».