El 11M se salvó de las bombas gracias a «la mano de Dios» - Alfa y Omega

El 11M se salvó de las bombas gracias a «la mano de Dios»

Fernando Larrocha, miembro del Opus Dei, narra una serie de casualidades «providenciales» por las que salió con vida de los atentados

Rodrigo Moreno Quicios
Fernando Larrocha en el vídeo lanzado por el Opus Dei en 2014
Fernando Larrocha en el vídeo lanzado por el Opus Dei en 2014. Foto: Opus Dei.

«Yo veo la mano de Dios detrás de todas estas cosas», dice Fernando Larrocha, miembro del Opus Dei, en un vídeo que la prelatura lanzó el 11 de marzo en 2014 y que este martes, cuando se cumplen 21 años de los atentados de Atocha, vuelve a estar de actualidad. En él, este madrileño narra cómo salvó la vida gracias a una serie de casualidades «providenciales» durante aquella jornada aciaga en la que murieron 192 personas.

La primera casualidad fue que, mientras se arreglaba porque aquel día tenía una comida de trabajo, «me entretuve en casa preguntando a mi mujer qué tal me veía con la chaqueta». Como consecuencia, llegó tarde a la estación de Cercanías y se subió por la primera puerta que tuvo a mano en vez de por la central, «donde estaba situada una bomba».

En el vagón al que se subió Larrocha había también una bomba, pero él mismo recuerda cómo logró también —sin saberlo— alejarse de ella. «Como estábamos en Cuaresma, me había propuesto no sentarme en el trayecto» como acto de penitencia. Y aunque «casualmente había un sitio libre justo en la puerta por donde había entrado», este madrileño lo evitó. Tenía otro explosivo inmediatamente debajo. «Estuve allí de pie y la distancia a la bomba sería de dos metros».

Pero hay más. «Al llegar a la siguiente estación, quedaron unos sitios libres y yo estaba leyendo unos apuntes un poco incómodo y decidí sentarme» flaqueando, de algún modo, ante su anterior promesa. Pero eso lo protegió aún más, pues al hacerlo «me alejé de la bomba otros tres o cuatro metros».

En el vídeo, Fernando Larrocha narra cómo, en el momento de la primera explosión —la de la bomba más alejada de él— «pegué un brinco y salieron todos los papeles volando». Dos segundos después «explotó la bomba de mi vagón y se llenó todo de humo».

Tras el atentado, este madrileño se zafó del tren a través de sus puertas, «que habían sido arrancadas» por la explosión. Y salió corriendo junto a una chica joven que le entregó su teléfono para llamar a la Policía. Después, «se me ocurrió llamar a mi mujer para avisarle de lo que estaba sucediendo». Al final del vídeo, ella concluye la historia valorando «como un regalo de Dios que Fernando me pudiera llamar antes de enterarme por la radio».