Don Javier Prades, rector de San Dámaso: «El teólogo debe ser sencillo de corazón» - Alfa y Omega

Don Javier Prades, rector de San Dámaso: «El teólogo debe ser sencillo de corazón»

El Papa Francisco recibió, la semana pasada, a los miembros de la Comisión Teológica Internacional, a los que ha pedido discernir el sensus fidelium del pueblo de Dios, «que no se puede confundir con la realidad sociológica de una opinión mayoritaria». Don Javier Prades, Rector de la Universidad San Dámaso, de Madrid, y miembro de la CTI, cuenta a Alfa y Omega sus impresiones sobre este encuentro

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El Papa Francisco, con monseñor Gerhard Müller.

«El Papa Francisco nos ha invitado a los teólogos a ser pioneros, a estar en la frontera del debate cultural y humano de nuestra sociedad»: así resume don Javier Prades, rector de la Universidad San Dámaso, de Madrid, el encuentro del Santo Padre con los miembros de la Comisión Teológica Internacional, reunida la semana pasada en Roma, en Asamblea Plenaria presidida por el arzobispo Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El Papa ha pedido a los teólogos «auscultar, discernir e interpretar las múltiples voces de nuestro tiempo», que para don Javier Prades, miembro de la CTI desde julio de 2009, «nacen del mismo corazón humano, en donde arraigan nuestras esperanzas, el deseo compartido con todos los hombres de que la vida no se pierda, que tenga sentido y que merezca la pena vivirse; en definitiva, el deseo de felicidad, de amor, de una vida buena en todos los ámbitos». Junto a ello, el teólogo también debe escuchar «las voces de la insatisfacción y la protesta que nacen del dolor, del sufrimiento, de la injusticia y la violencia…, voces de las que todos participamos en algún sentido, y que claman fuertemente en medio de nuestras sociedades».

Para escuchar y dar respuesta a todas estas inquietudes, el Papa Francisco, en su discurso a la Comisión Teológica Internacional, pidió a los teólogos seguir un criterio seguro: el sentido de la fe del pueblo de Dios, «un instinto espiritual para discernir lo que es conforme a la fe apostólica y al espíritu del Evangelio, pero que no se puede confundir con la realidad sociológica de una opinión mayoritaria». Según don Javier Prades, «éste es un tema del mayor interés que todavía está bajo estudio. El sensus fidei es una participación en el don del Espíritu Santo a la Iglesia, por la que la Iglesia en su conjunto no se puede equivocar en materia de fe y de costumbres. La cuestión fundamental en la que trabaja la CTI es mostrar los criterios de discernimiento de ese sentido de la fe, para distinguirlo de una mera opinión pública que puede expresar ideas incluso mayoritarias, pero que no necesariamente muestra la acción del Espíritu en su Iglesia».

En las indicaciones del Papa de «permanecer a la escucha de la fe vivida por los humildes y los pequeños», el rector de San Dámaso identifica «un rasgo muy propio del Papa Francisco, que muestra así una capacidad de crítica y corrección también sobre el trabajo teológico. En el Evangelio, Jesús da gracias al Padre porque ha revelado estas cosas a los humildes y sencillos; ésta es también una llamada de atención a todos los que nos dedicamos a la teología para servir a la fe del pueblo cristiano, respetarla y contribuir a su discernimiento. Para ello es imprescindible que el teólogo sea también un creyente sencillo de corazón».

En la actualidad, el trabajo más avanzado de la Comisión Teológica Internacional aborda la relación entre monoteísmo y violencia. «El Papa nos ha invitado -concluye don Javier Prades- a insistir en que el Evangelio corrige permanentemente la tentación de usar el nombre de Dios con violencia, y mostrar cómo el monoteísmo que Jesús nos ha revelado comunica el amor de Dios atrayendo la libertad humana, sin ejercer violencia sobre ella. Éste es un criterio fundamental para el diálogo interreligioso e intercultural en nuestros días».