Dios se ríe de nuestros planes - Alfa y Omega

Con José Cobo, arzobispo electo de Madrid, el diálogo fluye siempre con enorme facilidad. Le gusta escuchar mucho y cuando habla salen a flote dos sentidos de la realidad que a veces escondemos en la vida eclesial: el sentido común y el sentido del humor, expresión ambos de gran inteligencia, pero, sobre todo, de sencilla normalidad.

Allí donde personalidad y sacerdocio se hacen inseparables, me atrevería a decir que hay tres grandes pasiones que dirigen su vida: la pasión por Jesucristo, su único tesoro por el que desgastar su vida; su pasión por la gente, sobre todo por la gente sencilla, con sus alegrías y sus angustias, sus temores y sus esperanzas, por sus vidas que enseguida pasan a formar parte de su vida, y su pasión por la Iglesia, la Iglesia abierta a todos, que abraza a todos, y que él alienta en su participación, comunión y misión. Dios se ríe de nuestros planes. Tanto de los que él mismo pudo albergar para su futuro como de los que otros podrían haberse hecho para el futuro de la Iglesia que peregrina en Madrid. Pero el Espíritu Santo, iluminando al Papa Francisco, ¡vaya si ha acertado para bendecirnos con un nuevo pastor que se seguirá desgastando por esta Iglesia, como lo ha hecho toda su vida!