Deberes tras la JMJ: asimilar los mensajes y acompañar
Los Delegados diocesanos de las distintas áreas mantienen, estas semanas, encuentros para encauzar el comienzo de curso. Especial interés tendrá el próximo encuentro de Delegados de Pastoral Juvenil, tras la sacudida de la JMJ. Lo explica el obispo de San Sebastián, monseñor Munilla
«Es obvio»: cuando los Delegados diocesanos de Pastoral Juvenil de toda España se reúnan, como hacen cada comienzo de curso, del 28 al 30 de octubre en Madrid, la cita «tendrá un cariz especial». Lo afirma monseñor José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián y uno de los responsables del Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal Española. En esta ocasión, todas las miradas se volverán sobre lo vivido, el pasado mes agosto, en Madrid -y también en cada una de las diócesis, durante los días previos a la Jornada-: «Nuestra pretensión en este encuentro no es tanto la de hacer una evaluación de la JMJ (la responsabilidad de su organización no ha sido de la CEE, sino del Arzobispado de Madrid), como la de tomar el pulso al momento en el que nos encontramos en las diócesis, tras ella. Queremos aprovechar este encuentro para compartir las experiencias vividas, y enriquecernos mutuamente con ideas y propuestas».
Uno de los objetivos es dedicar tiempo «a compartir experiencias y sugerencias de cara al futuro». Pero, para que esta puesta en común tenga un fundamento firme, el encuentro estará enmarcado por dos ponencias. «Como es lógico, nos ha parecido que la primera tarea de la post-JMJ es recoger y asimilar aquello que el Papa ha venido a decirnos», afirma monseñor Munilla, que dedicará a este tema su intervención. La segunda correrá a cargo de monseñor Xavier Novell, obispo de Solsona y corresponsable, con él, del Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal. Estará dedicada al «acompañamiento espiritual personal de los jóvenes que han asistido a la JMJ. Estamos tan convencidos de la importancia de este aspecto -subraya don José Ignacio-, que nos atrevemos a afirmar que los frutos de la JMJ serán proporcionales a la cantidad y calidad de los acompañamientos espirituales que seamos capaces de llevar a cabo con los jóvenes que allí acudieron».

Metas claras y estimulantes
La cita del próximo día 28 no significa que, en el trabajo para recoger los frutos de la JMJ, se empiece de cero. «En las últimas reuniones del Departamento de Juventud, antes del encuentro de este verano, ya habíamos venido reservando un tiempo para la reflexión sobre la post-JMJ -explica el obispo de San Sebastián-. Es verdad que las exigencias inmediatas de la preparación son las que han absorbido la mayor parte de nuestras energías, pero creo que siempre hemos procurado tener presente la perspectiva de futuro». De hecho, ya se han realizado también encuentros informales con los responsables de Pastoral Juvenil de otras ciudades que han acogido la JMJ. «Hemos llegado a la conclusión de que, probablemente, la experiencia de la JMJ de Roma 2000 sea la más próxima culturalmente a nosotros. El ejemplo de la pastoral juvenil en Italia tras la JMJ nos parece que puede ser un buen modelo de referencia» para trabajar a partir de ahora.
La principal propuesta que se va a lanzar en el Encuentro es «la organización de un Congreso Nacional de Pastoral Juvenil, que tendría lugar en este mismo curso pastoral», y cuya organización se pondrá en marcha en cuanto cuente con el respaldo del Ejecutivo y la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal. Tras la JMJ de Madrid 2011 -añade-, está claro que una cita de esta talla «está llamada a plantear unas metas claras y estimulantes para los futuros pasos a dar, sirviéndose de toda la riqueza de la experiencia generada en la organización de la JMJ».
Los grupos que quieran aprovechar a fondo la post-JMJ, y quienes les acompañen en este proceso, pueden hacerlo, según monseñor José Ignacio Munilla, siguiendo un itinerario muy sencillo: el que «se esconde en la mochila que hemos traído de la JMJ». En ella encontramos:
- «El YouCat, lo cual supone una invitación a una formación en profundidad».
- «Un ejemplar del evangelio de san Mateo y un Rosario, lo cual supone una invitación a una lectura orante de la Palabra de Dios, sirviéndonos también de la mirada de María para acercarnos al Evangelio».
- «Si no lo dejamos descacharrado en Cuatro Vientos, un abanico con el logo de Caritas. Nos recuerda la importancia de poner a los pobres en el centro de la pastoral juvenil».
- «El libro de ceremonias, con el que pudimos participar activamente de las celebraciones litúrgicas en Madrid. Pero la celebración de la liturgia no ha de ser sólo puntual, por lo que es fundamental que la pastoral juvenil integre la vivencia de la Eucaristía dominical bien preparada, y demás celebraciones litúrgicas de la vida de la Iglesia».
- «Una cruz, recordatorio de la importancia de que afrontemos todas las cruces de nuestra vida muy unidos a Cristo: paro, problemas, enfermedades, estudio…».
- «Y, finalmente, en la mochila encontramos también la agenda cultural con 300 actividades, cuyo repaso nos lleva a la constatación de que en Madrid no pudimos participar personalmente más que en una pequeñísima parte de los eventos culturales organizados… Pero esto es un buen recordatorio de que una pastoral juvenil viva es generadora de eventos culturales de marcado cariz cristiano».