De la Circular al Círculo Polar - Alfa y Omega

Me llamo Alejandro José Carbajo Olea, CMF. Soy sacerdote claretiano. De Valladolid y del Valladolid. Vivo en Múrmansk, ciudad (muy) al norte de Rusia, donde los misioneros claretianos estamos desde el año 2000. Y desde octubre de 2017 soy el párroco de la iglesia de San Miguel Arcángel, una de las parroquias más al norte del mundo.

Nunca pensé que pudiera acabar tan lejos de la plaza Circular, en Valladolid, donde empecé a conocer a los claretianos. Como la mayoría de los que empiezan, mi idea era trabajar en España, con jóvenes y no tan jóvenes, lo que veía hacer a los que eran mis modelos de referencia.

Entré en el postulantado en 1992, y en el noviciado en 1994. Hice mi primera profesión en 1995, la perpetua en 1999, fui ordenado como diácono en 2000, y sacerdote el 17 de marzo de 2001. En septiembre de ese mismo año, el día 16, me fui a San Petersburgo, no a la de Florida, en los Estados Unidos, sino a la de Rusia. Y empezó la aventura.

Múrmansk es una ciudad en la que, en verano, tenemos día polar, o sea, 24 horas de luz. Y en invierno, 21 horas de oscuridad. Amanece a las 11:00 horas y anochece a las 14:00 horas. La naturaleza es sabia, compensa todo.

Tengo una parroquia pequeña según los estándares españoles. Pero para Rusia no está mal. Antes de la pandemia, cuando celebrábamos la Pascua o la Navidad, nos juntábamos alrededor de 120 o 130 personas. Los domingos ordinarios, en torno a 50 o 60 parroquianos. Y son fieles, vienen con regularidad. Los hay que se han bautizado ya de mayores, y saben lo que significa ser católico. Han buscado y han encontrado un lugar donde se sienten a gusto y donde se pueden encontrar con Dios. Algunos han tenido problemas con la familia, porque vivimos rodeados de ortodoxos, y no todos ven bien la traición al cambiar de confesión.

El 1 de septiembre empezó el curso académico. Bendecimos a los niños, a los profesores y los libros y cuadernos. Es la señal de partida. Seguiremos informando desde el Círculo Polar. Nos rezamos.