Crisis matrimonial de los 40: soluciones reales y posibles
Las estadísticas dicen que entre los 35 y los 45 años es cuando más divorcios se producen. Es la crisis de la madurez: se enfría el primer amor que llevó al matrimonio; se resquebraja la unión que se necesitaba para sacar adelante a los hijos; aparecen las limitaciones físicas y los cambios emocionales; se hace balance económico, social y profesional, y se comprueba qué lejos están los objetivos que se tenían al casarse; aparecen tentaciones de infidelidad para experimentar cosas nuevas, o comprobar que aún se es atractivo… Ahora, el Foro de la Familia ha publicado un documento con los 12 síntomas, 10 causas, 17 soluciones y 15 sentencias sobre la crisis matrimonial de los 40 años, porque también esta crisis tiene solución. Se resumen aquí las 17 pistas para salvar el matrimonio
1 Rechazar como alternativa la irreversible decisión del divorcio, pues no soluciona ninguna crisis, aunque sea lo que apetezca y lo que recomiendan muchos. Lo importante es que los matrimonios pongan todas las energías posibles en crear un proyecto de unidad familiar, religiosa, y social, sabiendo que es una de las situaciones mas difícil de solucionar.
2 Administrar bien las actividades, para darse cuenta de que ahora se tiene más tiempo para pensar y hacer lo que quisieron realizar en otras épocas y no pudieron. Esta etapa es una oportunidad para replantear su relación de pareja y su familia.
3 Cuidar la alimentación y la salud. Si se atraviesan períodos depresivos, consultar con un sacerdote, psicólogo, psiquiatra o persona con conocimientos humanos y experiencia en temas matrimoniales.
4 Analizar con profundidad, serenidad, inteligencia y objetividad las cosas que ya no podrán hacer como pareja o individualmente, sin quererlas hacer a toda costa, y programar las que querían y aún pueden hacer.
5 Aplicar el sentido común: la crisis puede superarse con entrega, lealtad, y total fidelidad al cónyuge y a los hijos. Tratar de erradicar el egoísmo, ser humilde, perdonar los errores, y aceptar las propias limitaciones.
6 Buscar fórmulas para el marido y para la mujer, y para ambos como matrimonio, para conservar ágil el cuerpo, la mente y el espíritu.
7 Dialogar frecuentemente y con sinceridad. Salir más a menudo, invertir tiempo libre en actividades enriquecedoras, y cultivar amistades en pareja. Cambiar de estilo de vida, pero sin perder lo conseguido.
8 Si la crisis está motivada por el síndrome del nido vacío, diseñar un programa de convivencia para estar solos, como al inicio del matrimonio.
9 Entender que las cosas grandes se consiguen atendiendo bien lo cotidiano, y asumiendo las obligaciones de la familia y el amor que la une.
10 Evitar errores irreversibles, como el abandono del hogar; salir con personas más jóvenes con quienes no se suelen tener cosas en común; fomentar las infidelidades con compañeros de trabajo; abandonarse en el alcohol, las drogas, los juegos de azar, los amigos que lleven una vida disoluta o que, por su situación de divorcio, tratan de convencer a los demás de que hagan lo mismo…
11 Evitar superar la crisis buscando salidas escapistas, como nuevos enfoques profesionales con excesivos riesgos para ganar mucho dinero; dejarse absorber por el gimnasio, el golf o hobbies, que le alejen de sus obligaciones familiares…
12 Explicar a los hijos, en los términos correspondientes a su edad y situación, los síntomas, consecuencias y soluciones relacionadas con este tipo de crisis matrimonial.
13 Huir de la inercia de mirar para atrás, pensando si han perdido el tiempo a causa de las tareas domésticas y otras obligaciones, y dejar de vivir imaginativas experiencias. No obsesionarse en analizar lo que no se tiene y echarlo de menos.
14 Plantear la conquista del cuerpo y del espíritu, sin excesivos ejercicios, cirugías o tratamientos, que suelen ser por vanidad.
15 Practicar como pareja el voluntariado, en organizaciones religiosas o sociales. Este trabajo en equipo hará que, al tener cosas importantes en común, no llegue el distanciamiento en las actividades cotidianas.
16 Reconocer que para solucionar definitivamente la crisis de los 40, hace falta mucho valor, conocimientos, humildad y amor por la familia, para tomar las decisiones adecuadas. No basta con engañarse, poniendo pequeños remedios inconsistentes, y querer creer que se ve una luz al final del túnel. Desgraciadamente, esa luz puede ser la de un tren, el divorcio, que viaja contra nuestra dirección.
17 Esclarecer los conflictos pequeños, que muchas veces, por su frecuencia, son la causa del enfriamiento del amor matrimonial.
Más información en la web: http://www.forofamilia.org/noticias/crisis-matrimonial-de-los-40-anos