MSF en Siria: «Tuvimos que trasladar una maternidad a un lugar seguro»

Coordinador de MSF para Siria: «Tuvimos que trasladar una maternidad a un lugar seguro»

El español Francisco Otero y Villar relata cómo los centros que apoya Médicos Sin Fronteras, todos en el noroeste de Siria, han atendido a 3.565 heridos, además de prestar personal a otros hospitales y apoyar a 90 ambulancias

María Martínez López
MSF Terremoto Siria
Labores de desescombro en la provincia de Idlib (noroeste de Siria). Foto: Omar Haj Kadour.

¿Han sufrido daños los hospitales donde trabajan a causa del terremoto?
Tres de las instalaciones que MSF apoya sufrieron daños, uno centro de atención primaria y dos maternidades. La de Marea, una localidad al norte de la gobernación de Alepo, fue evacuada durante los terremotos del día 6 de febrero debido al riesgo de que el edificio se derrumbara. El equipo movió el equipamiento esencial y trasladó la maternidad a un lugar seguro. Doce horas después, la maternidad estaba operativa y el equipo intervino en seis partos en un día. Es esencial asegurar la continuidad de los servicios, pues las mujeres necesitan dar a luz en un lugar seguro.

¿Participaron también en la atención a los heridos?
MSF lleva presente en el noroeste y el noreste de Siria desde hace muchos años, lo que hizo posible una rápida respuesta en las zonas más afectadas, sobre todo en el noroeste. El noreste está mucho menos afectado. En las primeras 72 horas, el tiempo más crítico para las operaciones de búsqueda y rescate, cuando son altas las probabilidades de salvar a gente, las instalaciones que apoyamos en el noroeste de Siria trataron a 2.565 heridos y recibieron a 600 fallecidos. Algunas personas murieron después de ser rescatadas por haber sufrido heridas graves.

¿De qué manera han tenido que cambiar su forma de trabajo?
Los equipos están adaptando su respuesta para ofrecer atención humanitaria inmediata y apoyo médico. Los pilares durante los primeros días fueron apoyar a los centros sanitarios para tratar a los pacientes, facilitar el transporte con soporte para las ambulancias y ofrecer productos de emergencia a los afectados. De forma gradual, nuestros equipos están moviéndose para poner en marcha clínicas móviles en los refugios y campamentos de recepción de desplazados y para ofrecer primeros auxilios psicológicos. Ya hemos establecido tres clínicas móviles en centros de recepción de desplazados en Idlib y los alrededores para ofrecer servicios médicos esenciales a los afectados por el terremoto.

¿Cómo ha sido esa ayuda a otros centros sanitarios?
Hemos apoyado a 30 hospitales y centros sanitarios —en Azaz, Afrin, Marea, Bab al Hawa entre otros— mediante la donación de kits de emergencia y de trauma, suministros médicos y mantas. También enviamos personal médico, incluyendo cirujanos, a los hospitales que se enfrentaban a la mayor afluencia de heridos. En cuatro hospitales y clínicas de la gobernación de Idlib estamos tratando a los heridos, y hemos ampliado la capacidad de los hospitales donde trabajamos con tiendas de triaje montadas fuera. Además, desplegamos nuestras ambulancias y apoyamos a otras 90 para facilitar el transporte de pacientes que necesitan asistencia de emergencia al centro más cercano.

¿En qué situación se encuentran los hospitales? ¿Tienen electricidad y suministros para funcionar bien?
Incluso antes de los terremotos, el conflicto continuo en Siria ha hecho añicos el sistema sanitario. Cientos de instalaciones médicas han sido destruidas o dañadas por la guerra. Muchos médicos huyeron a causa de la guerra o han muerto. Los recursos humanos en el sector sanitario estaba extremadamente limitados tanto en el noroeste como en el noreste de Siria. Con frecuencia, los hospitales comparten personal médico para seguir siendo operativos. La mayoría se sigue enfrentando a la carencia frecuente de medicinas esenciales y suministros. Y este terremoto está causando aún más problemas para las infraestructuras sanitarias.

Francisco Otero en la sede de MSF en Siria. Foto: Médicos Sin Fronteras.

¿Cuáles?
Estamos siendo testigos de la falta de combustible, electricidad y agua y saneamientos adecuados. También es un gran desafío para las personas afectadas, incluidos nuestros trabajadores, acceder a apoyo a la salud mental. Las necesidades, tanto de atención médica como de productos no alimentarios —mantas, calefacción—, serán masivas. Habrá incluso más desplazados, en una región donde 2,8 millones de personas, de una población de cuatro millones, ya estaban desplazados. Este terremoto añade una capa más de drama para las personas vulnerables de aquí, que siguen luchando después de muchos años de guerra. Las consecuencias masivas de este desastre requerirán un esfuerzo humanitario internacional igualmente masivo.

Esa zona del país está en manos de los grupos opositores al Gobierno de Damasco. ¿Han recibido algo de ayuda exterior?
Actualmente estamos trabajando para reponer lo antes posible las existencias que hemos usado estos días. El paso de Bab al Hawa sigue siendo el único paso fronterizo para la ayuda humanitaria entre Turquía y Siria, a través del cual los suministros médicos esenciales para salvar vidas pueden entrar en el noroeste de Siria. El mayor desafío sería un potencial retraso en la importación de ayuda humanitaria y médica en Siria, puesto que casi todas las organizaciones y actores en la zona dependen de este cruce para sus actividades.

¿MSF tiene personal sanitario suficiente en la zona? ¿Pueden llegar otros profesionales para ayudar?
Muchos de nuestros trabajadores se han visto afectados directa o indirectamente por el terremoto. Algunos también han perdido sus casas o a sus seres queridos. Sin embargo, intentan hacer todo lo que pueden para ayudar a la población. En este momento todavía estamos trabajando con el personal que ya estaba en el noroeste de Siria antes de los terremotos, y trabajamos para asegurarnos de que tengan el apoyo que necesitan, psicológico y de cualquier otro tipo.