Congreso Jordán, de los jesuitas: «Nos comprometemos a ayudar a eliminar los abusos»
La cita académica quiere ser «una aproximación desde la ciencia para tratar de erradicar los abusos no solo en la Iglesia, sino en toda la sociedad»
Desde el reconocimiento del «gran dolor que provocan los abusos», con la intención de «ensanchar nuestra sensibilidad» y con el convencimiento de que «no siempre supimos proteger a las víctimas», el provincial de la Compañía de Jesús en España, Enric Puiggròs, ha inaugurado este miércoles el I Congreso Internacional Jordán, que quiere ser «una aproximación desde la ciencia para tratar de erradicar los abusos no solo en la Iglesia, sino en toda la sociedad».
Esta apuesta implica basar en la investigación científica «cualquier paso que se dé en este camino». Se complementa con la implantación del plan de actuación global Entorno Seguro para la prevención e intervención frente a esta lacra.
El congreso, que se celebrará hasta el próximo viernes 7 de junio en el Espacio Maldonado (Madrid) y que será clausurado por el arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, se trata de una cita interdisciplinar que ha comenzado reflexionando sobre la realidad de los abusos a partir de la teología. En un segundo bloque, el encuentro quiere desenmascarar las estructuras eclesiales que facilitan los abusos, para así desactivarlas, y, por último, presentará distintas iniciativas que están funcionando en el campo de la superación y planteará unas claves para transitar por la vía de la solución.
El paso adelante que ahora da la Compañía de Jesús con este congreso comenzó, sin embargo, hace años, cuando la propia institución se dio cuenta de las «grandes diferencias en este ámbito que teníamos en las distintas provincias». Según Puiggròs, había algunos territorios que pensaban que el tema de los abusos era un problema de Occidente, pero otros se veían afectados directamente por varios casos entre sus miembros. Así se llegó a la Congregación General 36, cuando la orden se concienció de la necesidad de ir todos a una y el superior general instó a implantar el Proyecto de una Cultura Consistente de Protección (PCCP).
El provincial ha cerrado la inauguración animando a no tener miedo a atajar cualquier estructura que permita este tipo de prácticas y ha instado a no cejar en el empeño. «Todavía nos queda mucho por hacer», como por ejemplo, «la implantación de una formación sistémica a todos los miembros de la compañía» o de unos «protocolos que sean efectivos». «Queremos entender las causas del abuso para acertar en su erradicación», ha concluido.
Llegar a las raíces
Tras Puiggròs el coordinador del PCCP, el padre John Guiney, se ha comprometido durante su intervención a «ayudar a eliminar los abusos dentro y fuera de la Iglesia, procurando que las víctimas sean escuchadas y atendidas debidamente para hacer justicia y reparar el daño».
Para Guiney, este compromiso pasa por la «adopción de claras políticas de prevención, de formación permanente y por un esfuerzo por llegar hasta las raíces sociales de este problema». Unas líneas maestras que, en realidad, el superior general de la congregación instó a implantar en todas las provincias. «Incluyen pautas para la contratación segura del personal o la creación de unos protocolos claros para saber atender las denuncias y las quejas de las víctimas», ha concluido el coordinador.
Por último, Valeska Ferrer, la coordinador del Proyecto Jordán —germen de este congreso—, ha subrayado los dos grandes objetivos del evento: «Queremos detectar dinámicas abusivas para desactivarlas y elaborar propuestas de sanación». Para lograrlo, «hay que transitar por un camino que tiene cinco pilares: interdisciplinariedad, intercambio de conocimientos, internacionalización, estándares éticos e inclusión de todas las voces». Ferrer, que es doctora en Derecho Canónico, ha cerrado el primer bloque del congreso subrayando que «sin verdad no es posible hacer justicia y sin justicia las víctimas seguirán siendo víctimas».