La Comunidad Loyola, fundada por Rupnik en los años 1980, deberá disolverse - Alfa y Omega

La Comunidad Loyola, fundada por Rupnik en los años 1980, deberá disolverse

El Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada les atribuye «graves problemas relativos al ejercicio de la autoridad y al modo de vida comunitaria»

Rodrigo Moreno Quicios
Aviso en la web de la archidiócesis de Liubliana de la decisión del Vaticano de suprimir la Comunidad de Loyola
Aviso en la web de la archidiócesis de Liubliana de la decisión del Vaticano de suprimir la Comunidad de Loyola. Foto: CNS.

La Comunidad Loyola, fundada en los años 1980 por el exjesuita esloveno Marko Rupnik y la religiosa Ivanka Hosta, deberá disolverse en el plazo de un año. Lo ha anunciado este viernes la archidiócesis de Liubliana a través de un comunicado, donde revela que se lo encargó el pasado 20 de octubre el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica «debido a graves problemas relativos al ejercicio de la autoridad y al modo de vida comunitaria».

Rupnik fue capellán de esta comunidad hasta 1993 y se cree que cometió allí gran parte de los abusos sexuales, psicológicos y espirituales de los que se le acusa. Como su Casa General está en Roma, la Comunidad de Loyola ha sido investigada durante estos años por la diócesis de la ciudad, que en 2022 habló con sus hermanas y envió un informe al Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada a través de la Nunciatura Apostólica en Eslovenia.

Levantada la prescripción del caso

En octubre, la Oficina de Prensa de la Santa Sede reveló que Francisco había pedido al «Dicasterio para la Doctrina de la Fe examinar el caso y decidió derogar la prescripción para permitir la celebración de un juicio». Por entonces Rupnik ya había vuelto a Eslovenia y se había incardinado en la diócesis de Koper con permiso para ejercer todos los servicios sacerdotales.

Numerosos testimonios sostienen que entre 1980 y 2000 el exjesuita abusó de 20 mujeres, entre ellas siete religiosas. En enero de 2020 se le acusó de una grave violación del derecho canónico y se le excomulgó, pero en mayo de aquel año la Congregación para la Doctrina de la Fe (ahora dicasterio) le levantó la pena. Aunque no existe ninguna condena firme sobre sus presuntos abusos la Compañía de Jesús, que lo expulsó en junio, considera que las denuncias que recibió son «altamente verosímiles».