Condena a las primeras ejecuciones en Myanmar en décadas

Condena internacional a las primeras ejecuciones en Myanmar en décadas

Debe ser «un punto de inflexión para la respuesta mundial» a la crisis en la antigua Birmania, dijo a los Estados miembro de la ONU el relator especial sobre la Situación de los Derechos Humanos en Myanmar

Redacción
Ejecuciones Myanmar
Protesta contra las ejecuciones ante la Universidad de las Naciones Unidas en Tokio. Foto: Philip Fong.

Se suceden las condenas a la ejecución de cuatro disidentes el lunes en Myanmar. El relator especial de Naciones Unidas sobre la Situación de los Derechos Humanos en el país, Tom Andrews, denunció que «estas personas fueron juzgadas, declaradas culpables y sentenciadas por un tribunal militar sin derecho a apelación».

La junta militar birmana que se impuso en el poder tras el golpe de Estado de febrero de 2021 anunció este lunes el ahorcamiento de cuatro activistas prodemocracia acusados de «actos terroristas». Se trata del antiguo parlamentario de la Liga Nacional para la Democracia Phyo Zeya Thaw y del activista Ko Jimmy, condenados en enero por cargos de terrorismo a raíz de sus actividades contra la Junta. A ellos se suman Hla Myo Aung y Aung Thura Zaw, acusados del presunto asesinato a una mujer que colaboraba con las fuerzas militares.

Son los primeros en ser llevados al patíbulo en décadas en el país asiático. El régimen militar anunció en junio que retomaba la pena capital en el país, que aunque seguía siendo legal no se aplicaba desde hace décadas. Entonces, Estados Unidos, Canadá, Francia y otros miembros de la comunidad internacional rechazaron la decisión.

«Los Estados miembros de la ONU deben honrar» la vida de los cuatro disidentes «haciendo de este acto depravado un punto de inflexión para la respuesta mundial a esta crisis», solicitó el Andrews. Desde el golpe de Estado en Myanmar en febrero del 2021, el régimen militar ejecuta «asesinatos generalizados y sistemáticos de manifestantes, ataques indiscriminados contra pueblos enteros y, ahora, la ejecución de líderes de la oposición», denunció el relator, según recoge Efe.

Cita en Camboya

También la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) reaccionó el martes con dureza. «La implementación de las sentencias de muerte, apenas una semana antes de la reunión de ministros de Exteriores, es muy reprobable y supone un revés y una gran falta de voluntad en apoyar los esfuerzos para implementar los cinco puntos de consenso» alcanzados en abril de 2021 por los mandatarios del bloque y el líder del régimen militar, señala el bloque en un comunicado publicado por el gobierno de Camboya, que lo preside este año.

La semana que viene coincidirán en Nom Pen los jefes de la diplomacia de los países de la ASEAN, a excepción de Myanmar —socia del bloque— cuyo representante del régimen militar no ha sido invitado, para conversar sobre la situación de caos en el país, entre otros temas.

«Hacemos un llamado enérgico y urgente a todas las partes involucradas para que desistan de tomar medidas que solo agravarían aún más la crisis, obstaculizarían el diálogo pacífico entre todas las partes y pondrían en peligro la paz, seguridad y estabilidad no solo» en la antigua Birmania, «sino en toda la región», urge la ASEAN.

Aún así, el bloque remarcó su compromiso con los cinco puntos de consenso, entre los que se incluyen el fin de la violencia contra los civiles e iniciar un diálogo entre todas las partes implicadas en el conflicto, incluida la derrocada líder Aung San Suu Kyi.

Récord de bajeza

Encarcelada en una prisión de Naipyidó donde cumple condena por cargos presentados tras la sublevación, también Suu Kyi ha lamentado las ejecuciones, según el servicio birmano de la BBC. La Liga Nacional para la Democracia (LND), su formación, se declaró «devastada» por la noticia. En un comunicado, aseguraba que los cuatro activistas «fueron despiadadamente asesinados» por «la banda de milicias del terror», en referencia a la junta militar en el poder. Se trata de «otro crimen intolerable».

Al anunciarse las ejecuciones en junio, el arzobispo de Rangún, cardenal Charles Bo, suplicó a la Junta militar que no ahorcara a los condenados. «Si el régimen sigue adelante con esto, marcará otro récord de bajeza de esta Junta brutal, bárbara, inhumana y criminal», afirmó en un discurso online ante la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos.