Concluye la campaña 40 Días por la Vida, con 546 bebés salvados; 9.519 en diez años
40 días de oración, ayuno y testimonio provida, y 546 vidas salvadas. Es el resultado de la edición de 40 Días por la Vida que concluyó ayer, en su décimo aniversario
546 bebés salvados del aborto: con este fantástico resultado concluyó, este domingo, la campaña de oración, ayuno y testimonio 40 Días por la Vida, que comenzó el 24 de septiembre. Esta edición era especial, ya que marcaba el décimo aniversario de la campaña. Han sido diez años muy fecundos, en los que, contando los de esta edición, se ha salvado a 9.519 niños —algunos de los cuales ya están bastante crecidos—. Además, 105 trabajadores de centros abortistas han dejado su trabajo, y 59 centros han cerrado.
En varios de los testimonios recogidos en esta campaña, los voluntarios han compartido cómo notan que la campaña va teniendo un impacto positivo en sus comunidades, más allá de las madres a las que se convence para que no aborten. En localidades pequeñas, donde los centros abortistas muchas veces se instalan para pasar desapercibidos y evitar los trámites burocráticos de las grandes ciudades, la gente está empezando a tomar conciencia, y agradecen la labor de quienes rezan a sus puertas.
Amigos… y enemigos
Cuando uno pasa horas rezando en lugares donde en octubre ya hace bastante frío, se agradecen los saludos, agradecimientos y toques de bocina amistosos de la gente que pasa… y se aprecian, más incluso, los gestos de quienes se acercan a ofrecerte un café caliente para combatir el frío. No siempre es así, por supuesto. También hay alguna agresión, e insultos. En Buffalo, los abortistas aprovecharon Halloween para convocar una contramanifestación; y en Wisconsin, ese mismo día, un conductor lanzó a los voluntarios varias docenas de huevos… que no les tocaron.
Hay, también, ocasiones en las que la campaña da fruto incluso una vez concluida. Es el caso de Siracusa (Nueva York), sede del primer centro de Planned Parenthood. Allí, los voluntarios de 40 Días por la Vida sintieron, después de campañas anteriores, que Dios les estaba pidiendo más, y han comenzado dos nuevos proyectos: Ten good men, dirigido a invitar a los hombres a plantar cara a la cultura dominante mediante la oración; y el Hogar San José, para madres sin techo. Y en Vacaville (California), durante estos 40 días se ha hecho posible que una asociación provida vaya a abrir sus puertas en el mismo edificio en el que hay un centro abortista… e incluso en el mismo pasillo.
También en España
Son cientos las anécdotas que viven, en 40 días de oración y testimonio ininterrumpido, los voluntarios de esta campaña en 258 ciudades de Estados Unidos, y en otros 11 países. Entre ellos está España, donde voluntarios de Madrid, Valladolid, Valencia, Sevilla y Medina Sidonia se han sumado a la campaña. En nuestro país, no hay voluntarios suficientes y las vigilias de oración son sólo en momentos puntuales.
Sin embargo, también consiguen resultados inesperados. Como, por ejemplo, el inmigrante africano que, al ver rezar al grupo de Madrid una mañana de domingo, se arrodilló en el suelo y, llorando, empezó a rezar pidiendo ayuda a Dios. No se sabe si entendió la campaña, pero, en las circunstancias dramáticas que está viviendo -y que a duras penas logró transmitir a los voluntarios-, el Espíritu movió su corazón a elevarse a Dios.