Concluye el Congreso Católicos y Vida Pública: «La crisis de la Iglesia no es de los jóvenes, sino de los adultos»
La organización del XXIV Congreso Católicos y Vida Pública publica un manifiesto llamando a «transmitir con alegría y fidelidad creativa nuestro legado, conscientes de la grandeza que hemos recibido»
«Hemos vivido el XXIV Congreso Católicos y Vida Pública como un laboratorio de ideas con un mismo hilo conductor: la búsqueda de la Verdad. Transmitir este legado no debe ser impuesto, sino edificado en la familia y construido sobre un amor que desborda los límites del hogar», declara el manifiesto del XXIV Congreso Católicos y Vida Pública, organizado en Madrid este fin de semana.
«La fe es una experiencia que debemos transmitir a nuestros hijos», señala el texto publicado por la Asociación Católica de Propagandistas, organizadora del evento, de ahí que «la crisis de la Iglesia no es de los jóvenes, la crisis es de adultos». Entonces «se requiere un cambio en nuestra forma de vivir y transmitir con alegría» este legado, para lo que es precisa «fidelidad creativa, conscientes de la grandeza que hemos recibido».
Para los propagandistas, la fe es «un don y una tarea que se transmite narrando nuestra propia experiencia de Dios con pasión e ilusión». Por eso, «no basta la educación “en valores”, es necesaria la educación moral y en virtudes», proponiendo «el desarrollo humano integral desde la doctrina social de la Iglesia».
En este sentido, la transmisión de la fe no se hace «como si fuera un arma arrojadiza», sino «redescubriendo lo esencial», como el hecho de que «la fe y la cultura siempre han caminado juntas». De ahí que «si destruimos esta unión el hombre se deshumaniza», algo que ocurre hoy en día cuando «el laicismo, el relativismo o las ideologías totalitarias empobrecen la cultura, la desarticulan o cancelan, hasta hacerla desaparecer».
Un momento histórico
Frente a este panorama, «es tiempo hoy de confiar más que nunca y de retornar a las fuentes del pensamiento clásico y cristiano», afirman los propagandistas. Por ejemplo, el arte sigue creando «un lazo inseparable entre verdad, bondad y belleza», al mismo tiempo que existe un nexo entre «economía cristiana y bien común» que «dignifica a la persona» y entiende la empresa «como una comunidad de personas acogedora, humana y compasiva».
La religión cristiana unida al derecho de cuño romano «ha configurado un sistema jurídico que urge preservar», porque «sitúa a la persona como fundamental razón de ser del derecho». Junto a ello, «la legítima preocupación por la preservación del mundo, entendido como la casa de todos, debe ser capaz de poner límite a la avidez de los intereses mercantiles de empresas o estados».
Por todo ello, en un momento en que «la historia bascula y se define», en el que «entramos en la era del desconcierto, la desconfianza generalizada y las horas difíciles de guerras, pandemias e ideologías que disuelven al hombre», la ACdP hace un llamamiento «para restablecer el rumbo de la vida», por lo que pide a Dios «que la fuerza operante del Espíritu Santo se derrame en valientes y generosas entregas de personas comunes» que, «con gestos pequeños y cotidianos, transiten esta crisis levantando la mirada con la oración y el servicio silencioso».