Comunicado final de las XXXVI Jornadas de Delegados Diocesanos y Presidentes Nacionales de Apostolado Seglar
Bajo el título Momento actual y retos para la presencia y misión de un laicado evangelizador se han celebrado en Madrid las XXXVI Jornadas de Delegados Diocesanos y Presidentes Nacionales de Apostolado Seglar, los días 24 y 25 de octubre
Estas jornadas estuvieron presididas por monseñor Javier Salinas Viñals, obispo de Mallorca y presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar (CEAS). También estuvieron presentes monseñor Antonio Álgora, obispo de Ciudad Real y monseñor Francisco Cases, obispo de Canarias. El director del Secretariado de la CEAS, monseñor don Antonio Cartagena Ruiz, actuó como moderador de las mismas. En ellas han participado los delegados diocesanos del Apostolado Seglar y miembros de los equipos diocesanos de 31 diócesis, así como los presidentes y representantes de 30 asociaciones y movimientos laicales, 85 participantes que reflexionaron, trabajaron y oraron por los retos del laicado en la actual realidad eclesial y social.
Monseñor Javier Salinas Viñals inició esta convocatoria señalando el contexto de los 50 años del posconcilio y los cambios que supuso para el papel de los laicos la pérdida paulatina de fuerza hasta el nuevo impulso al que el Papa Francisco nos invita hoy. Salinas Viñals destacó la formación, la espiritualidad y la corresponsabilidad en el trabajo con los pastores como nuestra mayor herencia. Su exposición puso en valor el documento Decreto Apostolicum Actuositatem sobre el apostolado de los laicos del Concilio Vaticano II, recordando la esencia y vocación de los laicos.
La segunda de las ponencias de la mañana estuvo a cargo del Sr. D. Guzmán Carriquiry Lecour, secretario encargado de la Vicepresidencia de la Comisión Pontificia para América Latina y ex-subsecretario del Consejo Pontificio para los Laicos.
Desde su experiencia, destacó la importancia de integrar al laico en la vida de las comunidades parroquiales en una actitud de salida, así como que esta toma de responsabilidad y corresponsabilidad supone una mayor formación y capacidad para dar razón de la fe. «El contexto actual necesita un apostolado más fuerte y vivo, en una nueva fase de evangelización en la que se nos convoca a acercarnos a todos y, en especial, a los más pobres», señaló en su magnífica exposición.
Durante la jornada del sábado por la tarde se organizaron dos mesas de experiencias. La primera de ellas protagonizada por organizaciones asociadas, en la que participaron Acción Católica General, Juventudes Marianas Vicencianas y Movimiento de Focolares, y que destacaron la importancia de la integración en las parroquias, del desarrollo de itinerarios de fe y formación estables y de la capacidad de dar respuesta de forma inmediata a las realidades actuales. El segundo panel de experiencias estuvo a cargo de las delegaciones diocesanas de Bilbao, Toledo y Aragón, que explicaron diferentes modelos de organización territorial diocesana e interdiocesana que les permiten trabajar de forma efectiva e integrando todas las realidades diocesanas.
El sábado concluyó como comenzó, desde la oración y poniendo en el centro la Eucaristía; misma dinámica con que comenzó la jornada del domingo y que contó con la ponencia del padre Luis Oviedo Torró, ofm, doctor en Teología y profesor de la Pontificia Universidad «Antonianum» de Roma. Bajo el título Promover un laico formado y responsable para una presencia viva en la sociedad actual hizo hincapié en cómo estamos presentando la propuesta del Evangelio y cómo lo estamos viviendo. Tras un repaso breve sobre el contraste que encontramos entre la visión de la fe y la Iglesia desde el tiempo del Vaticano II hasta nuestros días, D. Luis Oviedo Torró propuso como ideas para orientar la formación del laicado tener en cuenta los nuevos factores culturales, comprender los procesos de pérdida de fe, poner en valor la utilidad de la fe y mostrar la pertinencia de la Iglesia como institución para mitigar la crisis de confianza que se percibe.
Tras un breve descanso, los participantes iniciaron un turno de intervenciones e intercambio de opiniones sobre lo vivido y escuchado durante el fin de semana. Un diálogo muy rico que mostró las inquietudes, los nuevos puntos de vista y los retos que los responsables y representantes del apostolado seglar identifican a la luz de su realidad y fruto de estas jornadas. Para cerrar este encuentro, D. Javier Salinas Viñals, como presidente de la CEAS, expresó la relevancia de este evento por el valioso intercambio de experiencias y por la revisión de nuestro pasado, para ampliar nuevos horizontes. Por último destacó la necesidad de abrir la formación de los laicos a los grandes desafíos actuales para impulsar una formación fiel a la fe y significativa para el mundo actual. Sin duda alguna, ha sido una de las Jornadas más vivas, sugerentes y provocadoras de los últimos años, abriendo a los creyentes a reconocer los «signos de los tiempos» para discernir el mejor modo de plantear y proponer el mensaje de la fe.