¿Cómo ha conseguido esta iglesia de pueblo confirmar a casi 70 personas?
El efecto contagio de los matrimonios, la reunificación familiar de la inmigración hispanoamericana y unos sacerdotes accesibles, claves para la vida comunitaria en Colmenar Viejo
José Francisco García se baja del andamio para atendernos por teléfono. «Estaba subido porque tenemos un problema de humedades y he tenido que poner unos cubos», cuenta a Alfa y Omega. Es una tarea pequeña, pero que ejemplifica el modo en que concibe su vocación. «Los sacerdotes tenemos que exponernos», considera, «no solo que te vean con el clergyman sino también tomando un café o viendo un partido». Reivindica que «los signos están para ser significados». Aún no ha pasado una semana desde que su parroquia, que es la basílica de la Asunción de Nuestra Señora, en Colmenar Viejo, acogiera los sacramentos de iniciación de 70 personas en una celebración presidida por el arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo.
Como posible explicación de estas cifras, García insiste en que «lo que hacemos es ser normales». «Yo soy el primer sorprendido al ver la cantidad de gente que hay», confiesa. Y asegura que «no ofrezco fórmulas, ofrezco al Señor, que lo hace todo». Otro ingrediente indispensable —y que identifica como «un regalo»— es «el boca a boca y el “ven y verás”».
El párroco de la basílica de la Asunción de Nuestra Señora explica la comunidad cuenta con un nutrido número de adolescentes que, en torno a los 14 o 15 años, se confirman. Pero también los hay que lo hacen de adultos, pues «tenemos grupos de matrimonios cada vez más numerosos» que provocan cierto efecto contagio y arrastran a sus amistades.
Otro factor más es que, como en esta zona de la Sierra Norte de Madrid hay bastante inmigración proveniente de Hispanoamérica en la que unos miembros de la familia viajan a nuestro país antes que otros, «tenemos bautizos de niños de 8 o 10 años, más mayorcitos, porque es ahora cuando se ha podido dar la reunificación familiar».
Finalmente, una derivada esperable de estos 70 bautizos, comuniones y confirmaciones es que los adultos vuelvan a acercar a sus parejas a la fe. No sucede siempre, pero «algunos están casados y, cuando se confirman, al año siguiente su marido o su mujer, que eran más reacios, entran al grupo».