Comienza el itinerario de la Cruz de los jóvenes por Madrid: «La presencia de la Cruz les hará despertar» - Alfa y Omega

Comienza el itinerario de la Cruz de los jóvenes por Madrid: «La presencia de la Cruz les hará despertar»

En una catedral abarrotada, adornada con palmas y laurel, y acompañada del Icono de la Virgen, la Cruz de los jóvenes fue protagonista, el pasado lunes, de la Vigilia de oración con la que se dio el pistoletazo de salida a su peregrinación por la archidiócesis de Madrid. Los encargados de preparar la peregrinación esperan que ésta sirva para que muchos jóvenes, al mirar la Cruz, se sientan atraídos por ella

María Martínez López
Un momento de la celebración en la catedral de la Almudena.

No cabía ni un alfiler el pasado lunes en la madrileña catedral de La Almudena. Sacerdotes, niños, familias, religiosos, enfermos; pero sobre todo jóvenes, muchísimos jóvenes, ocupaban todos los bancos, y las naves laterales. Éstos últimos eran los protagonistas de la Vigilia de oración que, presidida por el cardenal Antonio María Rouco, daba el pistoletazo de salida a la peregrinación de la Cruz de los jóvenes y el Icono de la Virgen por la archidiócesis de Madrid.

Entre esa multitud, seguramente quienes con más ilusión vivieron la Vigilia fueron los jóvenes del centro de Madrid, pues eran los que iban a recibir la Cruz y el Icono al final del acto. Con ellos estaba don Ángel Camino, el responsable de juventud de su Vicaría, quien confirmó a Alfa y Omega que, sin haber empezado, la peregrinación ya había llamado la atención de los jóvenes, al menos de los más cercanos: «El interés ha ido creciendo» en los meses de preparación, «están preparando un montón de actividades. Se sienten y se van a sentir protagonistas», con todo lo que ello implica, desde orar más y acercarse a la Escritura para preparar los actos, hasta organizarlos logísticamente. Ahora queda -añade- lo más importante, es decir, que los distintos actos vayan despertando el interés de otros jóvenes, y que éstos se acerquen, al ver la Cruz en las calles o invitados por amigos. Una vez conseguido esto, «va a ser la presencia de la Cruz lo que les va a hacer despertar, y comprender: Aquí hay ideales que puede que no conozca».

La gente tiene que verlo

Además del rezo de Vísperas -en el que el cardenal Rouco pronunció la homilía, que ofrecemos en la página siguiente-, durante el acto algunos jóvenes adornaron la Cruz -que presidía la celebración- con palmas, laurel y lámparas encendidas, y otros, luego, la veneraron, mientras los asistentes permanecían de rodillas. La celebración concluyó con la llegada del Icono de la Virgen, a la que se dirigió la oración final. Al terminar el acto, se inició la procesión con la Cruz y el Icono desde la catedral hasta el monasterio de la Encarnación, por delante del Palacio Real. De esta forma, los jóvenes de la Vicaría III acogían los dos símbolos.

Una de las encargadas de portar la Cruz fue Alicia Muñoz, que también tuvo esa suerte en Roma, el pasado abril: «En Roma fui sin saber qué iba a hacer, fue muy emocionante, y ayer fue como revivirlo». Alicia, con 23 años, lleva ya varios meses preparando estas semanas con un objetivo principal: «Hablamos de hacer cosas hacia fuera. Esto es algo muy importante, que no va a volver a pasar en Madrid, y tiene que ser algo que la gente vea, que vea que los jóvenes tenemos esto». De ahí -explica- salió, entre otras, la idea de hacer un acto común en los Jardines de Dionisio Ridruejo, el próximo 30 de septiembre. En su parroquia, Nuestra Señora de la Merced, como la estancia de la Cruz coincide con la fiesta de la Patrona, han conseguido que actúe el grupo Brotes de Olivo: «Si no te mueves, la gente no va. Y es muy importante que vayan, vean y conozcan, sobre todo los de fuera».

«Los remedios son más sencillos de lo que parece»

Los sucesos de Pozuelo de Alarcón hace casi dos semanas, junto al inicio del itinerario de la Cruz de los jóvenes por la archidiócesis de Madrid, han dado pie a que el cardenal Rouco dedicara bastantes palabras, estos días, a la juventud. Lo hizo, por ejemplo, en la homilía de la Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena, y en dos entrevistas a la cadena COPE y otra al diario ABC. En estas intervenciones, ha expresado que «el fenómeno de la violencia juvenil denota un cierto estado de depresión, tedio y aburrimiento en muchos jóvenes». Por ello, «los remedios son más sencillos de lo que parece. Claro, que piden almas y corazones sencillos, que saben ser esclavos del amor de la Virgen y de Cristo». Sin embargo -ha puntualizado-, «hay muchísimos jóvenes en Madrid de una salud humana y espiritual formidables».

«A los jóvenes -ha añadido también-, hay que ofrecerles ideales y objetivos positivos, las grandes razones para vivir. Si no, se buscan otras». Una forma de hacerlo es la Jornada Mundial de la Juventud: «Con las JMJ se crea una cultura juvenil distinta. Al final, todos los jóvenes quieren participar en este ambiente. Para miles de muchachos, han significado el encuentro o el reencuentro con la fe». Por ello mismo, el cardenal ha exhortado a los jóvenes católicos a aprovechar esta ocasión para ser misioneros, mostrando la Cruz «del Hijo de Dios que nos salva». Ésta «es una de las mejores aportaciones que los jóvenes católicos van a ofrecer a la sociedad y a sus compañeros». Sin embargo, también deben aprovechar este tiempo «para ellos mismos, para ir madurando más y más en el conocimiento de Cristo».