Cardenal Urosa: «Me preocupa la convivencia del pueblo venezolano» - Alfa y Omega

Cardenal Urosa: «Me preocupa la convivencia del pueblo venezolano»

El 7 de octubre, los venezolanos irán a las urnas para elegir como presidente entre Hugo Chávez o el candidato Henrique Capriles. En medio de un clima general de confrontación, el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa, habla, para Ayuda a la Iglesia Necesitada, de la realidad de la Iglesia y de la sociedad de su país

Colaborador
Cardenal arzobispo de Caracas, monseñor Jorge Urosa.

Cerca del 90% de la población venezolana se declara católica. ¿Qué valor tienen para usted esos datos?
La Iglesia en Venezuela está trabajando muy duro en medio de condiciones muy difíciles, especialmente en estos últimos años, en medio de una tendencia a la secularización que nos está afectando bastante, aunque no tanto como a Europa. La Iglesia en Venezuela tiene la fuerza de ser la madre, la casa común de la gran mayoría de los venezolanos que ven a la Iglesia y a Cristo como punto de referencia fundamental.

Habla usted de fortalezas. ¿Cuáles son las debilidades?
Existe la gran debilidad de la separación entre fe y vida, por una serie de circunstancias históricas que se remontan a tiempos de la colonia y de la revolución de independencia. La evangelización no tuvo continuidad en el siglo XIX con la misma fuerza, porque la Iglesia se debilitó mucho en ese período. En cambio, en el siglo XX, a partir de la segunda década, se produjo un resurgimiento eclesial muy hermoso con la creación de nuevas diócesis, y la venida de nuevas congregaciones religiosas y de muchísimos sacerdotes de España y de Europa, que hicieron una gran labor.

Si uno recorre cualquier parte del país, percibe una presencia evidente de sectas protestantes. ¿Qué repercusión tienen?
El crecimiento de las Iglesias protestantes y de estos grupos independientes —que proceden de Iglesias evangélicas y pentecostales— se dio sobre todo en la década de los 80 y 90 del siglo pasado. Ahora no se da un crecimiento muy fuerte. La Iglesia, ante aquella realidad, se fortaleció mucho y detuvo ese trasvase, la fuga de católicos a estos grupos protestantes atomizados. La llegada de estos grupos fue como una respuesta del hambre de Dios en la gente.

En Caracas, a finales de los 60 del siglo pasado, se comenzaron a establecer muchas congregaciones religiosas femeninas en zonas populares, y a esas comunidades se les encomendó la atención pastoral de esa población, algo que también se ha hecho en otras zonas del país. Eso es lo que nosotros llamamos Vicarías de religiosas; son zonas de una parroquia encomendadas a una comunidad religiosa. En Caracas, tenemos actualmente catorce, la mayoría de las cuales con treinta o cuarenta años de existencia, ubicadas en zonas populares, en zonas muy difíciles. Ahí hay muchísima población, hay una gran necesidad de presencia viva de la Palabra de Dios y de la Luz de Cristo. Esta presencia manifiesta el bien inmenso que puede hacer una comunidad religiosa en medio del pueblo y, por otra parte, es una presencia viva de la Iglesia como fuerza evangelizadora en medio de los pobres.

¿Cómo influye la situación de la familia sobre la vocación sacerdotal?
La familia es sumamente importante para el desarrollo de la vocación a la vida sacerdotal o religiosa. En el occidente del país tuvieron la gracia de conservar una familia más estable, menos golpeada, más unida, menos quebrantada que en el resto de Venezuela, y eso explica que en esas zonas haya más vocaciones. Hay una relación de proporcionalidad entre la fortaleza de las familias y el surgimiento de las vocaciones al sacerdocio o a la vida religiosa.

¿Qué le preocupa ahora como arzobispo de Caracas?
La convivencia social del pueblo venezolano. Es una preocupación muy seria, porque se ha introducido un elemento de discordia, de recelo, de confrontación. Se han introducido elementos que hacen que haya mucha confrontación. La gran preocupación desde el punto de vista social es la convivencia de los venezolanos. Desde el punto de vista pastoral, la gran preocupación es el fortalecimiento de la evangelización y, en este sentido, veo muy buena la iniciativa del Santo Padre de promover una evangelización mucho más intensa en el mundo entero. Nosotros lo estamos haciendo en Venezuela con mucha fuerza.

María Lozano

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