Cardenal Re: «Sodano trabajó por la paz con competencia y dedicación»
En la Misa de exequias por quien fue secretario de Estado con san Juan Pablo II y Benedicto XVI, su antiguo colaborador desglosó su extensa labor diplomática, fruto de su firme fe en Cristo
«Muchos de nosotros pudimos apreciar de primera mano el alto sentido del deber» del cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano entre 1991 y 2006, fallecido el viernes. El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio y colaborador de Sodano durante una década, ha destacado durante la Misa exequial dotes de intelecto y de corazón, su «sensibilidad hacia los objetivos pastorales de la acción de la Iglesia en el mundo, su sabiduría para evaluar los acontecimientos y las situaciones, y su disposición a ayudar, buscando soluciones adecuadas en cada caso».
El Papa Francisco ha participado en el funeral revestido y sentado en una silla de ruedas. Aunque al final, como es tradición, ha presidido el rito de la última commendatio y la valedictio, informa Vatican News. Sodano falleció a causa de una neumonía provocada por el coronavirus, después de estar ingresado desde el 9 de mayo.
Al desglosar su trayectoria, el cardenal Re ha recordado cómo entre 1968 y 1977, dentro del Consejo para los Asuntos Públicos de la Iglesia, Sodano «se dedicó a las relaciones de la Sede Apostólica con Europa del Este», visitando Rumanía, Hungría y la República Democrática de Alemania. A continuación fue enviado a Chile en calidad de nuncio. Allí, fue protagonista del intento de mediación de la Iglesia entre este país y Argentina por el conflicto del Beagle. También «fueron años difíciles por la dictadura del general Pinochet».
En 1991, san Juan Pablo II lo nombró secretario de Estado y lo creó cardenal. Fue «el primer colaborador del Papa» hasta 2016, ya iniciado el pontificado de Benedicto XVI. Durante esos casi 16 años, «trabajó por la paz con competencia y dedicación». Aunque «no faltaron momentos de especial compromiso debido a la complejidad de las situaciones geopolíticas»: el final de la Guerra Fría, el conflicto del Golfo Pérsico, la guerra de Irak, los conflictos de los Balcanes, «el trágico 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y el posterior crecimiento del terrorismo en el mundo».
Amar a la Iglesia no en abstracto
Durante sus 71 años como sacerdote y 60 al servicio de la Santa Sede, el cardenal «creyó firmemente en Cristo y lo siguió fielmente, sirviéndolo con amor y dedicación a la Iglesia y a su vicario». Ese tema, el amor a la Iglesia, «le era familiar», pues le dedicó numerosas intervenciones.
En ellas, ha recordado su antiguo colaborador, subrayaba que «no basta con creer en el misterio de la Iglesia, sino que es necesario amarla no de forma abstracta, sino trabajando en sus instituciones, compartiendo los problemas cotidianos de una Iglesia que enseña, una Iglesia que santifica y una Iglesia que conduce en la caridad».
Tras cesar en su cargo de secretario de Estado en el año 2006, el cardenal Sodano continuó ofreciendo su contribución a la Santa Sede en su función de Decano del Colegio cardenalicio hasta finales de 2019, cuando, «al declinar sus fuerzas, renunció a este cargo, dedicándose cada vez más a la oración».
«Toda su existencia», había afirmado al comienzo de la homilía, había estado iluminada por la «certeza» de que la muerte «no es solo un hecho natural que hay que aceptar con realismo y dignidad». Más allá de eso, «es la puerta que nos abre el camino al encuentro más elevado, el encuentro personal con Dios. Tenemos un destino de eternidad».