Benedicto XVI renunció por insomnio - Alfa y Omega

Benedicto XVI renunció por insomnio

En una carta dirigida a su biógrafo, Peter Seewald, revelaba que sus problemas para dormir fueron «el motivo central» que desencadenó su decisión

Redacción
Cinco jóvenes junto al Papa Benedicto XVI en Colonia, el 18 de agosto, 2005, comienzo de la vigésima Jornada Mundial de la Juventud. Foto: CNS.

Mucho se ha dicho y escrito sobre por qué Benedicto XVI renunció a la sede de Pedro aquel 11 de febrero de 2013. Ahora la revista alemana Focus publica que el Papa emérito, pocas semanas antes de morir, envió una carta a su biógrafo, el periodista alemán Peter Seewald, en la que le explicaba que su incapacidad para conciliar el sueño fue «el motivo central» que le llevó a tomar la decisión de renunciar.

Joseph Ratzinger envió esta carta el 28 de octubre de 2022 al periodista. El Papa contaba a Seewald que el insomnio había sido una constante en su vida desde 2005, en concreto, desde la Jornada Mundial de la Juventud de Colonia que se celebró en agosto de ese año. Fue la primera en la que participó como Papa tras la muerte de san Juan Pablo II y el cónclave de abril.

A partir de entonces, Benedicto XVI habría probado todo tipo de soluciones para intentar conciliar el sueño, incluida una potente medicación prescrita por su médico personal. El Pontífice escribe en la carta a Seewald que incluso los somníferos, con el tiempo, alcanzaron «sus límites».

En 2012 el Pontífice alemán ya meditaba la idea de renunciar, sobre todo, a raíz de un incidente que sucedió durante su viaje a Cuba y México. Durante la primera jornada de viaje sufrió una caída en el baño. Él lo atribuye a la ingesta de estos potentes somníferos. Explica en la misiva que se dio cuenta de que «debió de golpearse en el baño y luego caerse». Descubrió que se había hecho sangre y casi no se había dado cuenta. Tras este episodio, un nuevo médico recomendó a Benedicto que redujera la dosis de pastillas para dormir y que, en sus viajes, procurara agrupar sus eventos públicos por la mañana.

En la carta a Seewald reconoce que esa forma de vivir «solo podía ser sostenible durante poco tiempo». Por eso decidió renunciar ante la perspectiva del viaje de julio de 2013 a Río de Janeiro con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. No se sentía capaz de responder a los jóvenes como hubiera querido.