Beatificado Giovanni Fornasini, sacerdote italiano asesinado por los nazis - Alfa y Omega

Beatificado Giovanni Fornasini, sacerdote italiano asesinado por los nazis

Fue ejecutado a los 29 años por las SS por proteger a sus feligreses

Yago González
El beato Giovanni Fornasini.

El sacerdote Giovanni Fornasini (Pianaccio, 1915-San Martino di Caprara, 1944), asesinado por las SS alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, es ya beato de la Iglesia católica. Su ceremonia de beatificación, presidida por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, se ha celebrado este domingo en la basílica de San Petronio, en Bolonia.

Según informa Vatican News, en su homilía el cardenal Semeraro ha esbozado los rasgos de este joven sacerdote, asesinado por odio a la fe a los 29 años, en la masacre de Marzabotto. Aquel crimen de guerra, perpetrado por las SS en la zona de Monte Sole (sur de Bolonia) en 1944, tenía como objetivo castigar a la población civil por su apoyo a la resistencia italiana. Alrededor de 1.000 personas (de las que unos 200 eran niños) fueron asesinadas. Entre ellas, Don Giovanni, párroco del vecino pueblo de Sperticano.

«Don Fornasini era el ángel de la guarda de sus feligreses», ha asegurado el cardenal, que ha destacado que la fuerza del sacerdote estaba en la oración y en los sacramentos que celebraba con los desplazados a la zona de la masacre. El beato, ha recordado Semeraro, enterraba los cadáveres insepultos, acogía en su rectoría a todos los refugiados de los alrededores e incluso negoció con los nazis, utilizando el diccionario de alemán que había conseguido para ese propósito. De este modo, consiguió defender la dignidad de algunas niñas de los abusos sexuales de los ocupantes.

Debido a su labor de mediación, fue engañado y atraído al lugar donde sería martirizado. Aceptó una invitación a enterrar a los muertos en San Martino di Caprara el 13 de octubre de 1944. Mientras rezaba allí, fue víctima de una emboscada y asesinado. «Su compromiso para salvar a su pueblo era incansable», ha enfatizado el cardenal.