La cocina lleva tiempo haciéndose un hueco en las parrillas televisivas. Desde Arguiñano hasta MasterChef, hemos tenido numerosos menús del día y festines a la carta. Uno de los comensales que, con frecuencia, ha sido sal de muchos platos, es Alberto Chicote. Al popular cocinero lo hemos identificado durante años con cocinas que eran una auténtica pesadilla y a las que tenía que sacar a flote en programas a las que no les podía faltar un buen plato de lágrimas. Ahora, en un formato que tiene puntos en común con esa clásica pesadilla en la cocina, le ha dado una vuelta de tuerca a los fogones para presentarnos lo que es algo más que un programa de cocina al uso. Batalla de restaurantes da lo que promete y viaja por España para que probemos platos típicos y veamos cómo se pelean cuatro dueños de cuatro restaurantes de esa ciudad. Cada uno da lo mejor que tiene y prepara una comida, con plato típico incluido, que piden a la carta Chicote y los otros tres concursantes. Todos votan al contrincante en diferentes categorías, sacan a relucir su particular genio, y, a la suma total de votos, se añade la de Chicote, que no conocemos hasta el final del programa. El ganador se lleva 10.000 euros, a veces conseguidos a sangre y fuego, en una auténtica pelea de gallos que, entre fogones, se van dando picotazos unos a otros.
Por supuesto, en los programas no faltan alguna cocina indecente o alguna cucaracha merodeando entre los platos. Entretiene, pero arrastra el problema de este tipo de programas: que visto uno, vistos casi todos, por mucho que la sopa castellana de Valladolid no se parezca en nada al bacalao al pil pil de Bilbao o a la fritura malagueña. Los ha emitido laSexta en la noche de los martes. Cierra temporada ahora y tienen todos los programas disponibles en la web de Atresplayer. Los fans del producto van a disfrutar seguro y pedirán que vayan preparando el siguiente menú televisivo de Chicote. El resto, a buen seguro, habrán quedado saciados y no querrán repetir.